El primer trimestre de 2025, los ingresos petroleros que recauda la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) cayeron, en este periodo el precio de la Mezcla Mexicana de Exportación (MME) promedió 67.60 dólares por barril (dpb).
No obstante, la caída de los precios internacionales del petróleo continúa presionando a la baja al crudo mexicano, por debajo del objetivo de 58.4 dólares fijado por la dependencia para este año.
El 8 de mayo, el precio de la MME se ubicó en 56.01 dólares por barril (dpb), de acuerdo con datos del Banco de México (Banxico). Lejos de su máximo histórico registrado en julio de 2008, cuando el precio ha experimentado una disminución del 57.8%, lo que equivale a una pérdida de 76.70 dpb.
Esta fluctuación ha tenido un impacto significativo en las finanzas públicas, dado que los ingresos derivados del petróleo representan una fuente importante de recursos para el gobierno mexicano.
Para marzo de este año los ingresos petroleros se situaron en 227,519.4 millones de pesos (mdp), una disminución de 13.8% en términos reales, comparado con los 254,360 millones del primer trimestre de 2024 (1T24). Con ello, marcaron tres años consecutivos a la baja, en un periodo igual.
Esta desaceleración es más pronunciada que la observada en el mismo periodo de 2024, cuando la disminución se ubicó en 5.2% respecto al 2023. Con respecto al punto más álgido de los ingresos petroleros ocurrido en el 2013, cuando ascendieron a 296,581.8 mdp, este primer trimestre registró una disminución del 55% en términos reales.
El año pasado la mezcla mexicana estuvo en 70 dólares por barril y este año está muy por debajo de esos niveles, evidentemente eso hace que los ingresos se reduzcan,
refiere Ana Azuara, analista de materias primas de Banco Base.
Para la especialista, es probable que el precio siga bajando, “podremos alcanzar los 50 dólares por barril, es más probable que nos vayamos a los 50, a que nos vayamos a los 70 dólares por barril en los que estábamos el año pasado”, advierte.
Factores de riesgo y volatilidad de la MME
El precio de la mezcla mexicana de exportación es altamente volátil y responde a una variedad de factores externos.
Al respecto, Alejandro Montufar, CEO de PetroIntelligence, señala que el comportamiento de los precios del crudo está relacionado con la oferta y la demanda a nivel mundial.
El directivo advierte que las fluctuaciones en los precios del crudo se deben principalmente a factores como el aumento de la producción de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo), incertidumbres geopolíticas, como los conflictos comerciales entre Estados Unidos y otros países, y una disminución en las previsiones de demanda por parte de los países asiáticos.
Además, el crudo mexicano —que tiene mayor contenido de azufre— requiere un proceso de refinación más costoso, volviéndolo menos competitivo frente al WTI (West Texas Intermediate) o el Brent. De este modo, cuando los precios internacionales caen, el impacto se refleja en el precio de la mezcla mexicana.
Lo que estamos viendo es que las economías no están en su mejor momento y el tema de los aranceles también está generando incertidumbre para el crecimiento económico, esto, a su vez, genera presiones a la baja en el precio internacional,
señala el especialista.
Azuara apoya esta idea al señalar que los datos del PIB de Estados Unidos para el primer trimestre de este año muestran una contracción anualizada de 0.3%, lo que indica una desaceleración, y se espera que China siga el mismo camino.
Para la especialista, “una desaceleración en la economía hace que la demanda por petróleo se reduzca”, lo que como efecto provocaría una caída en los precios internacionales del petróleo y con ellos los de la mezcla mexicana de exportación.
Por su parte, Montufar no considera que “los precios vayan a disminuir más”, pero sí cree que nos mantendremos en el mismo nivel.
Otro impacto en las finanzas públicas
Alejandro Montufar señala que cuando el precio del crudo disminuye, también lo hace el precio de la gasolina.
En México estos efectos no son tan directos porque tenemos un mecanismo fiscal, que son los estímulos que mitigan los incrementos o descensos abruptos en los precios internacionales de la gasolina”, señala, y añade que “el gobierno sacrifica recursos para que el usuario pague un precio menor en las estaciones de servicio,
dice.
De este modo, la recaudación del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) cayó 6% anual durante el primer trimestre de 2025, a 154,167 millones de pesos, atribuida, en gran parte, a los estímulos fiscales aplicados desde enero.
Todo esto pone en evidencia la vulnerabilidad de las finanzas públicas frente a la volatilidad de los mercados internacionales. Al igual que las gasolinas, la mezcla mexicana de exportación depende directamente de los precios internacionales del petróleo.
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