Los precios del petróleo subieron este lunes, impulsados por noticias positivas sobre el estado de salud del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

El contrato de noviembre del WTI de Estados Unidos avanzó 5.9%, a 39.22 dólares por barril, y el Brent del Mar del Norte para entrega en diciembre ganó 5.1%, a 41.29 dólares, de acuerdo con MarketWatch.

Ambos referenciales terminaron con profundas caídas la semana pasada, en medio de las crecientes preocupaciones sobre los rebrotes de COVID-19, que amenazan con limitar la demanda de combustibles.

Es poco probable que este momento de fortaleza soporte la creciente cantidad de incógnitas. Después de todo, el mercado del petróleo está atrapado en un ciclo interminable de incertidumbre

dijo Stephen Brennock, de la corredora de petróleo PVM

Trump dijo en su cuenta de Twitter que durante la tarde de este lunes abadonará el hospital militar Walter Reed, donde está siendo tratado desde el viernes, tras informar que dio positivo a COVID-19.

El domingo, el mandatario hizo una aparición sorpresa fuera del hospital para saludar a sus seguidores, lo que ayudó a mejorar la confianza del mercado, aunque fue ampliamente criticado por especialistas de salud, tras reportes de que sufrió dos episodios de caída de sus niveles de oxígeno.

Los petroprecios también fueron respaldados por una huelga de trabajadores en Noruega. La empresa energética Equinor cerró cuatro de sus campos de petróleo y gas costa afuera este lunes debido a que sus trabajadores ampliaron su movilización.

Es probable que otros dos campos operados por Neptune Energy y Wintershall Dea cierren sus operaciones debido a la huelga, dijo la Asociación Noruega de Petróleo y Gas (NOG).

La reducción de la producción noruega se vio compensada principalmente por el aumento del bombeo en Libia.

La producción de petróleo libio ha aumentado en unos 20,000 barriles por día desde la semana pasada, a 290,000 barriles diarios, a medida que crecen las exportaciones, según una fuente consultada por Reuters.

El mercado está atento a la tormenta tropical Delta, que se espera se fortalezca a medida que avanza hacia el Golfo de México, amenazando con detener la producción de las mayores refinerías estadounidenses.

Con información de Reuters