El Petro es la criptomoneda venezolana que nació en diciembre de 2017 y que, según su presidente Nicolás Maduro, está respaldada por las reservas de riquezas minerales (oro, petróleo, gas y diamantes) de Venezuela,.

Así, desde su implementación en 2018, se convirtió en la primera criptomoneda emitida por un Estado y a su vez respaldada por un activo material.

Maduro dictaminó que cada petro valdría 60 dólares (precio promedio de un barril de petróleo) equivalente a 3600 Bolívares soberanos, la moneda nacional de Venezuela, aunque su valor fluctúa ligeramente.

Organismos mundiales consideraron la emisión del petro un intento por eludir las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos.

Dos años y medio después, Maduro decretó que Petróleos de Venezuela (PDVSA) facture el combustible que vende a las aerolíneas en petros, durante su informe anual; sin embargo, no detalló los mecanismos para comercializar el combustible con la criptomoneda venezolana.

“Decreto la venta en petros a partir de este momento de toda la gasolina que vende PDVSA para aviones que cubren las rutas internacionales”

Maduro también ordenó vender en petros 4.5 millones de barriles de las “reservas físicas” de petróleo de PDVSA y 150 mil barriles diarios de la producción venezolana.

Asimismo, decretó igualmente la utilización obligatoria de la criptomoneda para servicios como expedición de documentos -incluidos pasaportes- y registros de venta de inmuebles y vehículos.

Asdrúbal Oliveros, director de la firma Ecoanalítica, cuestiona este criptoactivo, sobre todo por provenir de un país en crisis que lleva seis años de recesión, con una inflación que el FMI proyecta en 200.000% para 2019 y donde el salario mínimo apenas alcanza los seis dólares mensuales.

“Es un adefesio” que quiere imponerse “a la fuerza” en un contexto de “hiperinflación” y “cero confianza”, sostiene.

Estados Unidos, entre sus sanciones contra Venezuela, prohibió negociar con el petro. No está disponible en casas de cambio virtuales junto al bitcoin y otras criptomonedas, y webs de calificación de riesgo como icoindex.com lo tildaron de “estafa”.

En diciembre pasado, Maduro aprobó un aguinaldo en petros para empleados públicos y pensionados; las ventas se hicieron con un sistema biométrico o también una aplicación para teléfonos móviles.

Sin embargo, de acuerdo con expertos, los petros fueron rápidamente cambiados a bolívares y después a divisas, lo que impulsó al alza la tasa de cambio, pues el uso de la moneda virtual es limitado.

Según cifras oficiales, sólo 4,800 comercios en todo el país cuentan con sistemas para recibir este criptoactivo.

Son canjeables por bolívares en sistemas electrónicos de la banca, pero únicamente por subastas. Si no aparece quien puje, los petros son devueltos a las cuentas bancarias de los usuarios tras el descuento de una comisión.

El gobierno suspendió el pasado 4 de enero el cambio de petros a bolívares por el sistema biométrico, según la privada Asociación Nacional de Criptomonedas.

 

Con información de AFP

 

 

 

 

 

 

 

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