La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y sus aliados acordaron este domingo reducir 9.7 millones de barriles diarios entre mayo y junio para contrarrestar el impacto de la pandemia de COVID-19 en la demanda, con lo que se pone fin a una guerra de petroprecios en los últimos dos meses.

El acuerdo, que había estado detenido por la renuencia de México a recortar su producción, requirió que Estados Unidos recortara 300,000 barriles más de lo que se anticipaba inicialmente.

México se comprometió a recortar 100,00 barriles diarios a partir del 1 de mayo, posición que mantuvo desde las negociaciones el jueves.

El canciller mexicano, Marcelo Ebrard, felicitó a la secretaria de Energía por “defender los intereses de México”, y agregó en su cuenta en Twitter que la estrategia del mandatario, Andrés Manuel López Obrador, funcionó.

La secretaria de energía Rocío Nahle, en su calidad de representante de México ante la OPEP, abandonó las negociaciones el jueves poniendo en duda el futuro del acuerdo.

El argumento de la administración era que México se vería afectado de forma injusta al reducir la misma proporción que otros productores, y que Pemex no podría recortar más de 100,000 barriles diarios. La resolución es una victoria para el gobierno de López Obrador a corto plazo, pero podría sentar un precedente negativo frente a la iniciativa privada y organismos internacionales

De acuerdo con la prensa internacional, Arabia Saudita consideraba emitir una declaración culpando a México por no aceptar reducir su producción.

En la mañana del viernes, el presidente Andrés Manuel López Obrador informó que Donald Trump aceptó asumir el recorte en la producción petrolera que México no aceptó en la reunión de la OPEP y sus aliados.

“Hablamos con el presidente Trump, hablé con él y se llegó a un acuerdo de hacer una disminución de 100,000 barriles. Estados Unidos se compromete a reducir, adicionalmente a lo que él iba a entregar, 250,000. Dice el presidente Trump que por México, para compensar”, afirmó el mandatario mexicano en su conferencia matutina.

Horas más tarde, Trump confirmó la oferta en conferencia de prensa y afirmó que su gobierno está intentando pasar a México “over the barrel”, haciendo referencia al último obstáculo para el acuerdo. Además, explicó que Estados Unidos “apoyará a México en el proceso” y que espera algo a cambio en una fecha futura.

El apoyo de Estados Unidos resultaría una gran victoria diplomática, pues ayudaría a impulsar la economía al tiempo que sería el único país que no ejercería cortes obligatorios a la producción, sino que dejaría que el mercado recortara “el equivalente a dos millones de barriles diarios”, de acuerdo con su secretaría de Energía. Esta condición ha generado dudas sobre la habilidad del país de alcanzar las metas.