Goldman Sachs Group y JP Morgan se encuentran entre los bancos que actúan como principales intermediarios para facilitar la creciente demanda de los inversionistas para negociar activos vinculados a Rusia.
Durante las últimas semanas ambas instituciones financieras se han acercado a los manejadores de dinero para ofrecerles contratos de derivados vinculados al rublo. Este tipo de operación está permitida bajo las sanciones occidentales porque no hay ningún activo ruso físico y no involucra a ningún ciudadano de ese origen.
Las sanciones que Estados Unidos y Europa han impuesto en contra de Rusia impiden que los inversionistas de estos territorios accedan a los rublos, por lo que un contrato de derivados, también llamado a plazo no entregable o NDF, ofrece a los operadores una solución legal.
En lo que va del año, el rublo ha subido 20%, lo que la ha colocado como la moneda con el mayor incremento a nivel mundial.
Rusia y el conflicto con Ucrania
El resurgimiento por el interés en los activos rusos se encuentra vinculado a las intenciones de Estados Unidos de levantar las sanciones contra Moscú como parte de un acuerdo de paz para poner fin a la guerra con Ucrania.
Sin embargo, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha dicho que el fin de la guerra entre Rusia y Ucrania está “muy, muy lejos”. Incluso si las sanciones estadounidenses se flexibilizan, se espera que las sanciones de Europa se mantengan.
Debido a que otros tipos de mercados, como los bonos soberanos y corporativos rusos, está prohibido por sanciones o es legalmente difícil para los inversionistas occidentales, el apetito por esos activos provendría en gran medida de fondos de cobertura y oficinas familiares en Medio Oriente que no están sujetos a sanciones.
Con información de Bloomberg
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