Gicsa: un paso lleno de adversidades en sus 10 años en la BMV
El desarrollador de centros comerciales y otros inmuebles, Grupo Gicsa, registró en días recientes una actividad inusual en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), y que contrasta con el comportamiento habitual de su acción, que en los últimos años reflejó las adversidades de la operación de su negocio.
Tras el cambio de calificaciones que recibió por parte de S&P Global y PCR Verum el 20 de agosto –y hasta el cierre del miércoles– las acciones de Gicsa registraron un alza de 23.7% en su precio.
De hecho, en la sesión del 26 de agosto, el precio de los títulos subió más de 6%, mientras que el volumen comercializado fue de 30 millones de acciones, muy por arriba del promedio de 24,414 acciones que se comercializaron en el mes previo a esos movimientos.
El movimiento inusual de ese día respondió a la adquisición de acciones por parte de algunos consejeros de la emisora a través de operaciones de mercado abierto, dijo la compañía en un comunicado.
No se realizaron operaciones de adquisición y/o venta de acciones propias por la sociedad
agregó Gicsa sin mayores detalles.
Pero más allá de ello, las acciones de Gicsa muestran una pérdida de valor considerable desde su debut en el mercado bursátil local, en junio de 2015. Desde esa fecha, las acciones de la compañía registraron una pérdida de 82.3% en su valor.
De hecho, el precio de cierre del miércoles, de 2.97 pesos por papel, está más cerca de su mínimo histórico de 1.22 pesos – que registró en diciembre de 2021– que de su máximo histórico de 16.98 pesos que tuvo en noviembre de 2015.
Planes de Gicsa, con freno por covid-19
La pandemia de covid-19 marcó un punto de quiebre para Gicsa. Muestra de ello es que desde marzo de 2020 –cuando se declaró la emergencia sanitaria en el país– a la fecha, el precio de sus títulos registra una pérdida de 54.1%.
Además, también frenó planes que tan solo unos años atrás delineó para su negocio. Ejemplo de ello fue el lanzamiento del concepto Malltertainment, que comprendía espacios destinados a entretenimiento, con amenidades como ferias, boliches, centros de espectáculos, bares, eventos en vivo y áreas al aire libre.
El objetivo inicial era desarrollar 14 centros comerciales de este tipo bajo la marca Explanada, de acuerdo con su anuncio en 2016. Sin embargo, al día de hoy solo hay cuatro plazas de este tipo en operación.
En 2018, Gicsa anunció su regreso al segmento residencial tras casi una década de ausencia, con la construcción de Cero5Cien, un desarrollo de lujo ubicado en Santa Fe, con 55,834 metros cuadrados y una inversión inicial de 2,800 millones de pesos. No obstante, parte de ese proyecto sirvió como moneda de cambio para renegociar algunos de sus bonos.
Sin embargo, el inicio de la pandemia obligó a la compañía a tomar una serie de medidas para tratar de aminorar su impacto, entre ellas la reducción de sus inversiones, gastos y costos no esenciales. Además, en junio de 2021 inició un proceso para explorar alternativas estratégicas para “atender su estructura de capital”.
Este proceso se enfocó en el monto de endeudamiento y liquidez, así como en el plan para enfrentar el pago de sus próximas obligaciones financieras.
Gicsa y su larga historia de reestructura de bonos
La pandemia también obligó a la emisora a renegociar los términos y condiciones originales de cinco bonos que colocó en el mercado local, identificados con las claves de pizarra GICSA 15, GICSA 16U, GICSA 17, GICSA 18U Y GICSA 19. Las negociaciones iniciaron en abril de 2020, pero en algunos casos se extendieron por años.
La empresa logró los primeros acuerdos en febrero de 2022 con los dueños de los bonos 16U y 18U, y un mes después registró avances en las negociaciones con los tenedores de los tres bonos restantes.
Sin embargo, fue hasta octubre de 2024 que la empresa alcanzó acuerdos definitivos con los dueños de los bonos GICSA 16U y 18U, los cuales le valieron una baja de calificación en escala nacional por parte de S&P Global Ratings.
Así, la calificación pasó “mxB” a “mxCC” o del quinto al noveno escalón en grado especulativo. Para S&P, los nuevos términos y condiciones de ambos bonos fueron menos favorables para la compañía, que tardó dos meses en ponerlos en marcha.
¿El final de la crisis?
Finalmente, la semana pasada la emisora alcanzó acuerdos definitivos con los tenedores de GICSA 15, GICSA 17 y GICSA 19. Estos acuerdos motivaron cambios en las calificaciones de la empresa por parte de PCR Verum y S&P. Esta última incluso realizó dos ajustes en el mismo día.
La agencia estadounidense subió la calificación de largo plazo en escala nacional de la empresa, que pasó de “SD” o incumplimiento selectivo, a “mxCCC+”, o del último escalón en grado de default a uno de riesgo sustancial. Este cambio ocurrió horas después de que la misma calificadora redujo la calificación crediticia de de “mxCC” a “SD”.
Sin embargo, el futuro para la compañía luce incierto, incluso con la posibilidad de que vuelva a incumplir con sus obligaciones crediticias en el mediano plazo.
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