En medio de la situación financiera complicada que atraviesa Crédito Real, la prestamista se unió este año a otras 15 empresas que están en la lista de las ‘zombis’ registradas en la Bolsa Mexicana de Valores(BMV).

Las acciones de 16 empresas, aunque están listadas, se encuentran suspendidas en la actualidad, según un recuento realizado por EL CEO. En algunos casos, estas suspensiones datan desde hace más de dos décadas.

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Dicha lista está conformada por las siguientes emisoras:

  • Altos Hornos de México (AHMSA)
  • QB Industrias
  • Qumma
  • Savia
  • Agro Industrial Exportadora
  • Tekchem
  • Gomo
  • Iasasa
  • Ingeal
  • Edoardos Martin
  • Procorp
  • ICA
  • Himexsa
  • Sare
  • Cadu
  • Crédito Real

Los motivos de las suspensiones son particulares para cada compañía. La BMV establece que deben cumplir con requisitos mínimos para operar, como contar con más de 100 inversionistas, mantener colocado al menos 12% de su capital social y entregar sus reportes financieros.

De todas esas empresas, hay algunas que realmente son fantasmas porque están en las listas de la BMV, pero no operan, y que tal vez por un error de sistemas no ha podido eliminarlas

dijo en entrevista Julián Fernández, jefe de análisis financiero en Bursamétrica.

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¿Qué pasó con Crédito Real?

Fue el 1 de junio que la BMV suspendió las acciones de Crédito Real debido a que la compañía no entregó en tiempo y forma su información financiera correspondiente al primer trimestre de este año, ni su reporte anual de 2021.

El incumplimiento se presentó después de que la Sociedad Financiera de Objeto Múltiple (Sofom) cayó en default crediticio, por lo que ahora se encuentra buscando la manera de someterse a un proceso de reestructura simultáneo en México y Estados Unidos.

Tras la suspensión, accionistas minoritarios se agruparon para tomar un lugar en el consejo de administración de Crédito Real, y su intención es participar en una asamblea que tentativamente tendrá lugar el 15 de agosto.

Cuando los títulos de alguna empresa son suspendidos, los pequeños inversionistas se ven afectados porque no pueden vender la participación que tienen hasta que la BMV reanude la cotización, es decir que tienen minusvalías en sus portafolios a lo largo de ese periodo.

¿El mismo camino que otras empresas?

Uno de los casos más longevos es el de AHMSA, que está suspendida desde 1999 porque en ese momento suspendió pagos a sus acreedores. Crédito Real enfrenta un escenario similar que puede llevar a que sus acciones se congelen por años.

Sí creo que se encamine a esa situación, por mucho tiempo suspendida. Con Crédito Real, como tiene que ver con terceras personas y la falta de liquidez para poder hacer frente a sus deudas, no se va a poder deslistar, pero las acciones van a ser congeladas

comentó Fernández.

Otro ejemplo es ICA, que al someterse a concurso mercantil en 2017 dejó de enviar algunos estados financieros y hasta la fecha sus acciones no pueden ser operadas por los inversionistas.

Quedan dudas sobre el tiempo en el que Crédito Real pueda mejorar su situación financiera. La semana pasada, EL CEO reportó que la compañía tiene una deuda total de 2,632 millones de dólares, de los cuales 651 millones corresponden a compromisos con bancos nacionales y extranjeros, entre ellos Nacional Financiera (Nafin), Santander y Credit Suisse.

Sin sentido seguir listadas

El que las acciones se encuentren suspendidas es poco rentable tanto para las empresas que deben pagar costos de listado a la BMV, como para los inversionistas, quienes no pueden comprar o vender acciones.

No tiene ningún sentido porque no existe ningún beneficio de tener una empresa listada y no operada. En algunos casos tiene que ver con un desliste que no ha finalizado

mencionó Cipactli Jiménez, inversionista privado.

Tal es el caso de Ingeal e Himexsa, cuyo proceso de cancelación del registro de sus acciones se ha alargado por varios años, pero está en puerta que ambas compañías saldrán de la BMV.

Para Fernández, dos de las razones por las que deciden seguir listadas son que el pagar a la BMV atrae el interés de grandes inversionistas, además de que los accionistas mayoritarios se siguen beneficiando con el reparto de utilidades en forma de dividendos.