Credit Suisse, uno de los bancos más grandes de Europa, dio a conocer que recomprará hasta 3,000 millones de francos suizos de deuda con el objetivo de mostrar su fuerza financiera y como un esfuerzo por calmar los nervios de los inversionistas.
La especulación sobre el futuro del banco se aceleró en redes sociales la semana pasada en medio de la anticipación de que podría necesitar recaudar miles de millones de francos en capital fresco, lo que llevó sus acciones y algunos bonos a nuevos mínimos.
Si bien es cierto que la recompra ayudará a la institución a recortar las deudas y servirá para recuperar la confianza, aún está pendiente cuál será su reestructuración y saber si requerirá o no capital fresco para financiarla.
El banco destacó que esta acción les permitirá “aprovechar las condiciones del mercado para recomprar deuda a precios atractivos”.
Es un movimiento oportunista para aprovechar las condiciones del mercado que podría tranquilizar a algunos inversores
comentó Andreas Venditti, analista de Vontobel.
Como parte de sus acciones para tranquilizar al mercado, el director ejecutivo de Credit Suisse, Ulrich Koerner, le dijo al personal que contaban con el capital y liquidez suficiente, esto a través de un memorando.
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Una situación que ya ha sucedido
Las instituciones bancarias juegan un papel fundamental dentro de cualquier estructura de un país, si se considera que su quiebra podría socavar la economía y el sistema financiero, en este caso, Suiza podría tener grandes afectaciones.
Sin embargo, no es la primera ocasión que una nación europea se enfrenta a este riesgo, y tampoco es la primera vez que una institución financiera recurre a la recompra de deuda para lograr solventarse.
En 2016, la institución Deutsche Bank AG también realizó el mismo movimiento al buscar recomprar una deuda de 5,400 millones de euros, con lo que buscaba mostrar confianza en su posición de liquidez.
Dicho anuncio tranquilizó a los mercados, pero el alivio se evaporó después de menos de un mes a medida que la crisis seguía profundizándose.
Un año más tarde, el entonces director ejecutivo, John Cryan incumplió su promesa de no recaudar capital fresco y recurrió a inversionistas por 8,500 millones de dólares.
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Con información de Bloomberg y Reuters