Las firmas Escorfin y Corafi colocaron a placer más de 10,000 millones de pesos en deuda privada en la bolsa de valores, operaciones en las que las autoridades financieras mexicanas brillaron por su ausencia.

Del total de emisiones que realizaron estas dos empresas, más de 9,000 millones de pesos siguen atorados en el mercado y no se tiene certeza sobre si se podrán recuperar, pues una de ellas ya dejó de pagar a sus inversionistas.

Escorfin, del empresario Roberto Guzmán, emitió en los últimos 10 años alrededor de 4,500 millones de pesos en certificados bursátiles privados, sin garantías de poderse pagar, a través de Posiciones Estratégicas en Cartera SAPI de CV, o de Servicios Inmobiliarios de Posturas (SIPO).

Mismo caso de Corafi, de René Dávila, que colocó aproximadamente 5,500 millones de pesos en la bolsa.

Ambas firmas están involucradas en emisiones privadas de gobiernos estatales, fondos de pensiones, sindicatos, universidades públicas y agencias del gobierno federal como Segalmex. Además, entre sus tenedores también se encuentran casas de bolsa.

Hasta la fecha, solo se han podido recuperar 800 millones de pesos que Segalmex invirtió, a través de Corafi, en contra de las leyes en materia de recursos públicos. El dinero fue pagado por CIBanco, Banco Monex y BBVA por presiones de la Secretaría de Hacienda.

Escorfin se declara en insolvencia, ¿CNBV actuará? 

En semanas recientes, Escorfin envió una presentación a sus inversionistas a la que tuvo acceso EL CEO en la que se declara incapaz de cumplir con los vencimientos e intereses de los bonos, que se encuentran suspendidos. 

Las dos empresas fueron impedidas de seguir colocando y diversos reportes periodísticos mencionan que la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) investiga si se trata de un esquema Ponzi, en el que emitían más deuda con intereses elevados para pagar los vencimientos anteriores.

Este medio solicitó a la CNBV comentarios al respecto, pero hasta la publicación de este texto no obtuvo respuesta. Sin embargo, Escorfin y Corafi, cuyo valor de activos es insuficiente para cumplir con sus obligaciones, operaron con poca intervención del regulador por muchos años.

De acuerdo con el documento, Escorfin expone a sus inversionistas que necesita un plazo de uno a tres años para presentar una reestructura integral que incluya todas las garantías legales y financieras.

El plan

Escorfin achaca su insolvencia a las afectaciones derivadas de la pandemia, el entorno geopolítico, y en general, las condiciones de los mercados y la economía del país.

La empresa convocará a los tenedores a asambleas para exponer sus activos, opciones, oportunidades y destinos posibles para maximizar su valor. Al momento, Escorfin propone estructurar tres bonos.

El primero de ellos por el 30%-40% a cinco años para que los tenedores puedan tener acceso a un mercado secundario. El segundo también a 30%-40% a 10 años, y el tercero por el 20%-40%, a 10 años.

Además, plantea que cuenta con un portafolio de activos y proyectos sólidos en los sectores inmobiliario, minero, de préstamos a terceros y de energía eléctrica de autoabastecimiento. No obstante, hasta la fecha todos estos activos no han dado los rendimientos esperados.

Grupo Escorfin, pese a todo lo mencionado, tiene importantes bases de negocio que consideramos nos permitirán reestablecer la dinámica de nuestras actividades comerciales, y de esta manera, retomar la senda que nos dirija a la regeneración de valor de nuestras empresas en beneficio de los tenedores

dice la presentación.

¿Relación entre ambas empresas?

Mediante un comunicado reciente, Escorfin se deslindó de cualquier relación comercial con Corafi; sin embargo, Ernesto O’Farrill Santoscoy, fundador de la casa de bolsa Bursamétrica, cuenta que han tenido una relación cercana por años.

Escorfin acusó a O’Farrill Santoscoy de promover una campaña de desprestigio en su contra. De hecho, el también analista enfrenta demandas y embargos promovidos por Roberto Guzmán.

Según la presentación de Escorfin, O’Farrill Santoscoy tiene un préstamo con garantías reales por 29.9 millones de pesos que no ha sido pagado. Pero en la misma lista aparecen tanto Corafi Asesores Ejecutivos y Financiera Corafi, con préstamos por 351.4 millones, como el propio René Dávila, con un préstamo de 16.8 millones, lo que indica que las empresas tienen relación.

El economista aclaró a este medio que dichos recursos fueron usados en su totalidad para los gastos previos al inicio de operaciones de Bursamétrica, casa de bolsa que compró en 2015 y que presidió hasta noviembre de 2020 antes de que otros miembros del consejo cercanos a Guzmán votaran para destituirlo.

Niegan la relación a raíz de que René Dávila estuvo en problemas con Segalmex, por eso se distanciaron. La autoridad sabía perfectamente qué es lo que estaba pasando, pero siguen operando la casa de bolsa

dijo O’Farrill Santoscoy.

Según el fundador de Bursamétrica, en la casa de bolsa se emitieron entre 1,500 y 2,000 millones de pesos de papel de Escorfin y Corafi.