Las expectativas de recuperación económica y las presiones inflacionarias han empujado los rendimientos de los bonos del Tesoro de Estados Unidos o treasuries, lo que también ha representado una presión al alza de los instrumentos de deuda gubernamental mexicana como los Bonos M y los Cetes. 

La semana pasada, los bonos de Estados Unidos a 10 años tocaron un nivel de 1.70%, el más elevado desde abril de este año, de acuerdo con datos de Bloomberg. En lo que va de 2021, acumulan un incremento de 71.75 puntos base, que se encamina a ser el más alto en términos anuales desde 2013.

En tanto, los Bonos M, un instrumento que paga intereses cada seis meses y cuya tasa de interés se determina desde la emisión del instrumento y se mantiene fija a lo largo de toda la vida del mismo, tuvieron un comportamiento similar. 

Los Bonos M con vencimiento a 3 años reportaron el 20 de octubre un nivel de 6.86%, el mayor desde el 25 de marzo de 2020, mientras que los bonos a 20 años  se ubicaron en 7.98%, el más elevado desde abril del año pasado y a 10 años dieron el retorno más alto en 17 meses en 7.59%.

Por su parte los Certificados de la Tesorería (Cetes), en particular los de más largo plazo, alcanzaron niveles no vistos en 18 meses. Aunado al repunte de los treasuries, en México se descuentan más alzas a la tasa de interés de Banco de México (Banxico), a fin de contener la inflación.

Hemos observado un repunte importante en los bonos mexicanos porque el banco central mexicano se ha anticipado en el endurecimiento de la política monetaria de la Reserva Federal

dijo Humberto Calzada, economista en jefe de Rankia Latinoamérica

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Los datos recopilados de Bloomberg son del mercado secundario, también llamado de negociación, donde los inversionistas pueden comprar valores como títulos de deuda que ya han sido emitidos previamente.

Inflación incesante tanto en EU como en México

Los rendimientos de la deuda gubernamental suelen subir en momentos de inflación alta debido a que los inversionistas lo ven como una buena oportunidad para obtener mejores ganancias, ante las posibles alzas a la tasa de interés.

A inicios de este año los rendimientos de los treasuries subieron a medida que incrementaron los precios. Ahora las proyecciones indican que la inflación continuará bajo presión, principalmente por el repunte global de los precios de los energéticos.

En este contexto, se espera que la Reserva Federal (Fed) elevará su tasa de interés de referencia tan pronto como el próximo año y no hasta 2024 como algunos descontaban cuando comenzó el 2021.

A esto se suma la reducción de compras mensuales de bonos del banco central, que se puede dar a conocer de manera oficial tan pronto como en su reunión de política monetaria de la próxima semana.

Estamos viendo un comportamiento parecido al de 2013, cuando también se anunció que iban a empezar a disminuir las compras de activos de la Fed. (Los funcionarios) han dado señales muy claras de que está próximo el tapering

enfatizó Janneth Quiroz, subdirectora de análisis económico de Monex

La especialista añadió que a pesar de la reducción de estímulos no se anticipa un cambio tan drástico como el que ocurrió en el taper tantrum de 2013, cuando el entonces presidente de la Fed, Ben Bernanke, anunció una inesperada reducción de las compras de activos que detonó en alzas de los bonos y el dólar y la caída de las bolsas.

En tanto, la inflación en México se aceleró a 6.12% anual en la primera quincena de octubre, por encima del consenso de analistas. Ante las presiones, Banxico decidió en su última reunión de política monetaria aumentar la tasa de interés en 25 puntos base, a 4.75%.

Con esta evolución de los precios, el mercado espera que la inflación general anual para el décimo mes del año será de 6.1% y que Banxico se decantará por otro aumento de 25 puntos base en su reunión de noviembre.