La volatilidad está en su máximo esplendor en los mercados accionarios y la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) ha sido una de las beneficiadas.

La semana pasada, el S&P/BMV IPC, el principal índice accionario de la BMV, retrocedió 10.02% y marcó su baja semanal más profunda desde el 24 de octubre de 2008. Sin embargo, la Bolsa tuvo un momento histórico.

El 17 de marzo, la BMV registró un récord de 973,564 operaciones en una sesión, cuando el promedio ronda entre 300,000 y 400,000 diarias

La volatilidad ayuda a que se generen operaciones, pero tenemos que ser muy cuidadosos con los niveles de operación” dijo Alfredo Guillén, director de Operaciones de la BMV.

Los movimientos han sido abruptos las últimas sesiones, derivado del impacto en la economía mundial que tendrá el COVID-19 y por cómo han reaccionado los bancos centrales y gobiernos para hacer frente a la situación.

La Bolsa tiene la capacidad para soportar 10 veces el último récord de operaciones. Es un aproximado de la holgura que hoy tenemos para atender el número de operaciones

comentó Guillén.

Si bien la volatilidad puede ir acompañada de incertidumbre, lo que provoca que los inversionistas vendan activos de riesgo (como acciones), la Bolsa se beneficia ya que gana por cada operación efectuada.

En 2019, los ingresos de la BMV por el negocio capitales (que integra operación y liquidación de capitales) fue de 485 millones de pesos.

Cuando la volatilidad se desborda

Las últimas 15 sesiones, de manera ininterrumpida, el IPC se ha desplazado 1% hacia cualquier dirección. El 9 de marzo, el índice mexicano tuvo una caída de 6.42% y el 24 de marzo, avanzó 4.27%.

A nivel general, dentro de la Bolsa, existen suspensiones por caídas conocidas como circuit breaker, que se activan cuando las bajas del índice son de 7%, 13% y 20%, en una sesión, respecto al cierre anterior.

Cuando el índice cae 7% se manda a un receso de 15 minutos. Si la baja continúa y llega a 13%, se vuelven a suspender actividades por otros 15 minutos.

Cuando viene una distorsión de expectativas por miedo o situaciones exageradas, tenemos que hacer un alto en las operaciones para que los inversionistas tomen una pausa, evalúen la información y vuelvan operar

dijo Guillén.

Si la baja se extiende 20% se suspende la jornada y se abre al otro día.

“Cuando caemos a estos niveles (de 20%) le estamos haciendo daño a la formación de precios, y no podemos permitir que el mercado se desordene. Tenemos que recordar que nos dedicamos a formar precios que reflejan la realidad de cada negocio de las emisoras”, comentó Guillén.

En cambio, si el IPC avanza a doble dígito en una jornada, las operaciones no se ven interrumpidas, para no suspender a un mercado animado.

El IPC tiene una caída de 18.38% en lo que va del año. Este miércoles cerró en 35,536.70 unidades.