La era de Andrés Manuel López Obrador, el nuevo presidente de México, ha iniciado con una operación financiera complicada: la recompra de los bonos que el gobierno de Enrique Peña Nieto emitió para financiar parte del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM).
“No vamos a gobernar sólo para los mercados financieros”, reiteró López Obrador en su discurso en el Zócalo de la Ciudad de México, ante unas 130,000 personas, tras su toma de protesta. Ahora, el éxito de la recompra de bonos dependerá de que su equipo convenza a los principales tenedores de los bonos del NAIM.
En octubre, aún como presidente electo, López Obrador decidió que cancelaría la construcción del NAIM en Texcoco tras realizar una consulta ciudadana.
Esta semana, el Consejo de Administración del Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México anunció una oferta para recomprar 1,800 millones de dólares de los 6,000 millones de dólares emitidos en bonos. Para financiar la construcción se emitieron cuatro emisiones: a 10 y 30 años y un bono verde con vencimiento en 2028 y 2047.
Con esta operación, el gobierno busca evitar litigios y así poder cancelar definitivamente la construcción del NAIM en Texcoco.
Para que la recompra se concrete, el gobierno requiere el consentimiento de 50% más 1% de los tenedores de cada una de las series y espera cerrar la transacción a inicios de enero. Los bonos están respaldados por la Tarifa Única Aeroportuaria.
El espíritu (de la operación) es reducir el endeudamiento de la estructura actual y quitar toda cláusula que tuviera que ver con el nuevo aeropuerto en Texcoco, para que los que se queden enfrenten la TUA del aeropuerto actual
comentó en conferencia Adrián Garza, analista de infraestructura de Moody’s.
El apalancamiento disminuiría a aproximadamente 9.0 veces de las 12.8 veces actuales, de acuerdo con un reporte de Fitch.
Conjuntamente con las ofertas de licitación, el Fideicomiso del Aeropuerto de la Ciudad de México, solicita el consentimiento de los tenedores para ciertas modificaciones a los contratos que regulan las notas y otros acuerdos relacionados para reflejar los cambios en las políticas con respecto al plan para desarrollar un nuevo aeropuerto.
Los escenarios posibles
-Recompra exitosa. El mejor escenario para el gobierno es que los bonistas acepten la recompra. La propuesta es voluntaria e incluye que acepten vender a entre 90 y 100 dólares por cada 100 dólares de capital. Dado que los precios de los bonos habían caído a menos de 80 dólares los días pasados, los 90 pueden sonar atractivos.
Además de este anuncio, los tenedores de bonos serán acreedores a incentivos si aceptan modificaciones en las condiciones de los contratos que regulan los papeles.
-Inversionistas renuentes. De acuerdo con Garza, algunos tenedores podrían exigir los 100 dólares de los bonos. “Si yo quisiera conservar el valor de los 100 del bono lo puedo hacer, digo ‘yo no vendo a menos de que me den 100’”.
-Fondos buitre. Aunque el anuncio de la recompra revaluó los precios de los bonos, estos no están exentos de atraer a los llamados fondos buitre. “Es algo que difícilmente se puede evitar, en un mercado secundario cualquiera puede salir a comprar”, dijo Garza.
Los fondos de capital de riesgo o buitres compran activos castigados por el mercado y pelan por vía legales para obtener el mayor rendimiento posible si caen en impago.
-Vuelta atrás, la peor decisión. Jaime Reusche, analista de crédito soberano de Moody’s, dijo que revertir la cancelación del NAIM en Texcoco sería la peor decisión, ya que “el daño está hecho” y lo que ahora tiene que hacer el gobierno es negociar con los bonistas y generar certidumbre.
“Es probable que la recompra tenga éxito, pero lo queremos monitorear, y sobre todo ver cuánto se logra porque claramente hacia adelante vamos a tener una TUA que no va a crecer tanto pero una deuda mucho menor”, dijo Garza, quien indicó que, de no llegar a un buen acuerdo, analizarían recortar la calificación de los bonos en varios escalones a niveles de incumplimiento.
Estos son los otros retos que enfrentará el presidente López Obrador