Aeropuertos, trenes y carreteras: ingresos de Mota-Engil crecieron 310% con la 4T
En menos de una década, México se convirtió en el mercado más grande para la constructora china-portugués, Mota-Engil. Una revisión de EL CEO detectó que los ingresos de esta empresa crecieron 310%, durante los gobiernos de la llamada “Cuarta Transformación” (4T).
Al cierre de 2018 —en el último año de la administración del expresidente Enrique Peña Nieto—, su cartera de negocios en México solo representaba 609 millones de euros (mde) al año, pero en 2024 sus ingresos alcanzaron los 2,500 mde anuales según estados financieros.
El 32.4% de las acciones de Mota-Engil —que cotizan en la Bolsa de Lisboa—, son propiedad de China Communications Construction Company (CCCC) que, a su vez, es de participación mayoritaria del gobierno chino.
En México, Mota-Engil se ha convertido en una de las empresas favoritas de la 4T y ha sumado proyectos estratégicos de la pasada y presente administración federal: carreteros, concesiones aeroportuarias, convenios con Pemex, los Polos de Desarrollo para el Bienestar (Podebis) de Coatzacoalcos I, Coatzacoalcos II y Salina Cruz, y recientemente la construcción de un tramo del tren Querétaro-Irapuato.

Un aliado pese a los señalamientos
A nivel local —y con gobiernos de Morena— también sigue sumando obras como la construcción de centrales eléctricas y la Autopista AIFA-Pirámides, en el Estado de México; el Tren Ligero de Campeche; y hasta la concesión del Parque Aztlán, en Ciudad de México.
El avance de la constructora en México sucedió, a pesar que autoridades de competencia de Portugal imputaron a Mota-Engil por pertenecer a un presunto “cártel ferroviario” e impusieron una multa que casi sumó un millón de euros. Esto mientras que la china CCCC ya había sido señalada de corrupción y fraude en decenas de países de Asia, África y América Latina.
En México, uno de los pilares que ha cimentado la “prosperidad” de esta constructora fue el Tren Maya, donde la Auditoría Superior de la Federación (ASF) detectó irregularidades como el aumentos de costos, lo que dicha dependencia alertó pudo haber causado un presunto daño al erario público.
México, el segundo mercado más importante de Mota-Engil
Solo en su participación en el Tren Maya —que fue respaldada materialmente por su socio chino CCCC, como lo reveló EL CEO en diciembre pasado— fue uno de los principales detonantes de la “bonanza” que goza de Mota-Engil en México, cuyos contratos por dicha obra sumaron más de 45,000 mdp, algo así como tres veces el presupuesto anual asignado al programa Jóvenes Construyendo el Futuro.

El impulso de la obra fue tal que, en 2024, México se consolidó como el segundo mercado más relevante de la constructora, con el 20% de cartera por desarrollar a nivel global; únicamente superado por Angola —excolonia portuguesa donde inició sus operaciones— con el 21%. Además, llegó a significar el 42% de los ingresos totales de la empresa, en el pico de las contrataciones durante el mismo año.
A nivel federal, Mota-Engil ha tenido contratos por más de 134,000 mdp por obra pública durante las administraciones del expresidente Andrés Manuel López Obrador, y de la actual mandataria Claudia Sheinbaum, según cálculos realizados por EL CEO.

Es decir, en los últimos siete años, la empresa, cuya subsidiaria mexicana preside José Miguel Bejos, ha obtenido el dinero equivalente a los recursos federales que recibe la Ciudad de México como participaciones a través de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público al año, y que en 2024 ascendieron a 122,751 mdp.
No obstante, Mota-Engil busca más “oportunidades” de crecimiento a través del Plan México que impulsa la administración de Claudia Sheinbaum, y el cual prevé desarrollar 2,000 proyectos de infraestructura con un valor de 277,000 mdd. En particular, se ha interesado en los Polos del Bienestar, carreteras, ferrocarriles de pasajeros, proyectos energéticos y parques industriales, de acuerdo con su reporte semestral de 2025.
Un acuerdo confidencial para operar aeropuertos
Durante la administración de López Obrador, Mota-Engil “despegó” al obtener concesiones del aire. En 2022, suscribió un contrato para operar los aeropuertos de Tepic-Riviera Nayarit y Puerto Escondido, Oaxaca.

A través de la filial Aeropuertos Mexicanos la empresa invirtió en Grupo Aeroportuario Turístico Mexicano, una compañía público-privada donde Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA) coparticipa y la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT) tiene una participación simbólica.
De acuerdo con actas oficiales en poder de EL CEO, a cambio de una inversión —que ejecutivos de la empresa han valorado en 8,000 millones de pesos— para remodelar las terminales aéreas, la división aeroportuaria de Mota-Engil recibe los siguientes ingresos de ambos aeropuertos durante un plazo no especificado:
- los pagos de los usuarios de tarifas reguladas y no reguladas vigentes;
- la Tarifa de Uso de Aeropuerto (TUA);
- cualquier ingreso derivado de servicios comerciales;
- en general, cualquier cobro o derecho que exista sobre ellos.
El contrato en cuestión, ha sido clasificado como reservado por el Comité de Transparencia de la Secretaría de Marina, según documentos disponibles en la PNT.
¿Qué concesiones ha otorgado la 4T a Mota-Engil?
Además de los contratos anteriores, la administración de Andrés Manuel López Obrador otorgó a Mota-Engil concesiones federales para operar —por sí solo o como parte de consorcios— las siguientes obras:
- La autopista Tepic-Compostela, con la subsidiaria CMRO Nayarit;
- Las terminales del tren del Istmo de Tehuantepec correspondientes a Salina Cruz y Coatzacoalcos I y II;
- La operación de los aeropuertos de Nayarit y Puerto Escondido, mediante la empresa Aeropuertos Mexicanos.
Todo esto ha sucedido a través de una red de —al menos— 57 subsidiarias legalmente constituidas en el país que la empresa reconoce en sus estados financieros, y que posee en su totalidad o en consorcio con terceros.
Primera experiencia con trenes tuvo irregularidades
La primera experiencia de Mota-Engil como contratista de la infraestructura ferroviaria en México se dio con el Tramo 1 del Tren Maya, que corre de Palenque, Chiapas a Escárcega, Campeche y contempló la construcción de cuatro estaciones, dos paraderos y 228 kilómetros de vía.
Esta obra se adjudicó al Consorcio Lamat Tramo 1, un conjunto de empresas integrado por Mota-Engil México, China Communications Construction Company (CCCC), Gavil Ingeniería, Eyasa y Grupo Cosh.
De acuerdo con el procedimiento 2023-3-21W3N-22-0138-2024 de la Auditoría —presentado en febrero de 2025— Mota-Engil incrementó en 115% el costo de las obras, lo que significó un alza de 17,941.5 mdp al presupuesto inicialmente previsto.
Adicionalmente, hubo otro aumento de 3,389 mdp a través de un contrato adicional para obras que no se incluyeron originalmente en la cotización. Al mismo tiempo, se retrasó 17 meses la entrega de la infraestructura.
En la auditoría, la ASF también señaló que hubo pagos en exceso por 585.4 millones de pesos por obras no realizadas. La compañía argumentó que los trabajos sí se hicieron, pero la ASF no encontró evidencia suficiente.
Al mismo tiempo, el máximo órgano auditor advirtió de un sobreprecio en la compra y colocación de cercas de malla al doble de su costo. Con ello, el consorcio encabezado por Mota-Engil acumuló pagos por aclarar de 504 mdp adicionales.
Adicionalmente, la empresa presidida por José Miguel Bejos cobró 8.9 millones de pesos a Fonatur-Tren Maya con el concepto de “gastos por licitación”; no obstante, la obra se otorgó mediante una adjudicación directa, por lo que no existe congruencia en la transacción, advirtió la ASF.
El primer proyecto ferroviario de Sheinbaum
Pese a las irregularidades en su debut ferroviario a nivel federal, el pasado 19 de agosto, Mota-Engil sumó una nueva contratación en México con la construcción de un tramo del tren Querétaro-Irapuato, una de las obras insignia del gobierno de Claudia Sheinbaum.
El contrato por 7,632 millones de pesos para la construcción de 30 kilómetros de infraestructura para el tren que unirá las dos ciudades industriales es solo “la punta del iceberg” de las concesiones y contratos que la empresa ha recibido de los gobiernos de la llamada 4T.
Y también consolida a México como su bastión pues, a pesar de prever bajadas en ingresos por la finalización del Tren Maya y reconocer impactos por la guerra arancelaria con Donald Trump, ejecutivos de la compañía muestran su “esperanza” en la continuidad de las inversiones.
“Ya previmos una disminución en estos mercados. Pero lo que no previmos es el impacto de esta guerra arancelaria o política arancelaria de Estados Unidos, que además retrasa algunas inversiones”, dijo Carlos António Vasconcelos Mota dos Santos, presidente del Consejo de Administración de Mota-Engil.

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