El yuan cayó este lunes a su nivel más bajo en más de 11 años, en un mercado con renovadas preocupaciones por la guerra comercial entre Estados Unidos y China.
Al final de la mañana del lunes en Asia, la moneda china se llegó a cotizar en 7.1425 unidades por dólar, un mínimo desde principios de 2008, aunque se recuperaba ligeramente un poco de las pérdidas al inicio de la jornada.
La tensión económica mundial se intensificó recientemente, cuando Pekín y Washington se aumentaron recíprocamente aranceles, los cuales aplicarán a partir del 1 de septiembre y otros el próximo 15 de diciembre.
El viernes China anunció que impondrá aranceles a 5,078 bienes estadounidenses valuados en 75,000 millones de dólares.
Horas después, el presidente Trump reaccionó y anunció que someterá a las importaciones chinas un arancel adicional de 5%, una respuesta a lo que llamó una medida políticamente motivada de Pekín.
Además instó a las firmas de Estados Unidos que operan en China a que busquen otras alternativas.
El yuan no tiene una libre flotación pues está estrechamente controlado por el gobierno chino.
El hecho de que el yuan offshore (el usado para operaciones para en el exterior) esté cayendo tanto muestra que los especuladores están un poco salvajes. La guerra comercial está conduciendo estos movimientos y no veo un final en el corto plazo,
dijo el estratega de monedas de Daiwa Securities en Tokio, Yukio Ishizuki.
Con la depreciación del yuan, las exportaciones chinas son más baratas y se compensa en parte el aumento de los aranceles estadounidenses.
“La depreciación del yuan es obviamente un colchón frente a los gravámenes estadounidenses”, dijo a Bloomberg el economista especializado en mercados emergentes del banco Toronto-Dominio, Mitul Kotecha.
“Mientras China pueda asegurar que la debilidad del yuan está bien controlada, es decir, que no provoca pérdidas importantes, esperen ver más depreciaciones de la divisa”, añadió Kotecha.
La divisa china superó el umbral de 7 unidades por dólar a principios de agosto, poco después de que Estados Unidos anunciara su intención de imponer nuevos aranceles a las importaciones chinas a partir del 1 de septiembre.
Ese movimiento llevó a Washington a tachar a Pekín de “manipulador de divisas”.
Funcionarios en Estados Unidos llevan tiempo acusando a China de mantener su divisa baja de forma artificial para aumentar la competitividad de sus fabricantes.
Trump busca reducir tensiones sobre China e Irán
El presidente de Estados Unidos ofreció una rama de olivo a China después de días de intensas reyertas sobre comercio que sacudieron a los mercados financieros y abrió la puerta a contactos diplomáticos con Irán, buscando aliviar las tensiones en el último día de la cumbre del G7.
La guerra comercial entre Estados Unidos y China, las dos economías más grandes del mundo, escaló el viernes cuando las dos partes se impusieron mutuamente nuevos aranceles, lo que golpeó a los mercados financieros.
El domingo, una portavoz de la Casa Blanca dijo que cuando Trump declaró que había tenido dudas sobre los gravámenes anunciados contra los bienes chinos lo que lamentaba era no haberlos subido más.
Sin embargo, el tono cambió abruptamente este lunes, horas después de que el yuan cayera a un mínimo de 11 años. Pekín llamó a la calma y Trump predijo que se lograría un pacto comercial con China, elogió al presidente Xi y dijo que la perspectiva de las conversaciones era un avance muy positivo.
“Él entiende, y será grandioso para China, será grandioso para Estados Unidos, será grandioso para el mundo”, dijo.
Trump y sus aliados occidentales parecían haber llegado a un pacto cordial para disentir en los asuntos que los dividen, que van desde la creciente guerra comercial de Washington con Pekín, que muchos temen podría llevar de la desaceleración de la economía mundial a la recesión, cómo lidiar con las ambiciones nucleares de Irán y Corea del Norte, y la cuestión de si el presidente ruso, Vladimir Putin, debe ser readmitido en el grupo.
Irán
Trump también reculó de la confrontación sobre Irán este lunes, un día después de que el presidente francés Emmanuel Macron sorprendió a otros líderes al invitar al ministro de Relaciones Exteriores iraní a Biarritz para conversaciones sobre el enfrentamiento entre Washington y Teherán.
Trump dijo a los periodistas que se habían equivocado al informar que la visita de cinco horas de Mohammad Javad Zarif lo sorprendió, y que aunque pensaba que era demasiado pronto para una reunión no tenía objeciones.
Los líderes europeos han luchado por calmar una reyerta cada vez más profunda entre Irán y Estados Unidos desde que Trump retiró a su país del acuerdo nuclear de 2015 el año pasado y volvió a imponer sanciones a la economía iraní.
Con información de AFP y Reuters