La última entrega del famoso juego de guerra “Call of Duty” generó controversia en Rusia, donde es acusado de mancillar al ejército ruso en un escenario que recuerda fuertemente a Siria.
Editado por la compañía Activision, “Call of Duty: Modern Warfare” superó los 600 millones de dólares en ventas en sus primeros tres días en el mercado.
Sin embargo, desde la publicación de su tráiler en mayo, ha sido blanco de críticas de medios de comunicación y usuarios en Rusia, que lo acusan de “rusofobia”.
En modo “solo”, el jugador encarna principalmente a una niña, Farah, que presencia el asesinato de su padre por un soldado ruso en Urzikistán, un país imaginario del Medio Oriente.
Tras haber vengado a su padre, la jovencita encabeza una rebelión contra la ocupación rusa. Otras escenas del juego muestran a militares rusos que ejecutan o bombardean a civiles.
El mundo del juego recuerda fuertemente a Siria, donde Moscú ha enviado desde 2015 sus bombarderos en ayuda del régimen de Bashar al Asad.
Desde su lanzamiento, el juego recibió una avalancha de críticas en el sitio Metacritic, haciendo bajar su calificación. Muchos comentarios, en ruso y en inglés, lo acusan de “propaganda antirrusa”.
“Hay que ser un verdadero monstruo para jugar un juego abiertamente criminal en el que se dice en blanco y negro que los soldados rusos son terroristas”, tuiteó un influyente jugador profesional en Rusia, Ilia Davydov, alias Ilia Maddyson, quien anunció que boicoteará el nuevo episodio.
“El editor prometía decir que la guerra es mala, pero lo que dice finalmente es que los rusos son malos”, declaró al canal privado Ren-Tv.
Ante el escándalo, Sony decidió la semana no ofrecer el episodio a la venta en Rusia para su consola Playstation 4. No obstante, queda disponible en las PC y la Xbox One de Microsoft.
La serie “Call of Duty” ha sido criticada por su visión heroica de la guerra librada por los ejércitos occidentales, este último episodio fue elogiado en algunos sectores por mostrar el sufrimiento de las víctimas civiles.
Recientemente, Activision se vio envuelto también en una controversia tras haber sancionado en China a un jugador que había manifestado su apoyo al movimiento prodemocracia de Hong Kong.