Con los brazos llenos de bananos, pimientos rojos y cebollas por un valor de 11.87 dólares, una señora en un local de ventas de productos agrícolas al oeste de Caracas se acercó a la vendedora Walquiria García y, al momento de pagar la compra, le ofreció un billete de 10 dólares y otro de 20 dólares. García se dirigió a un armario, y al reaparecer tomó el billete de 10 dólares y escribió “debe 1.87 dólares” en la parte de atrás de un viejo recibo arrugado que la cliente deberá llevar en su próxima visita al negocio.
Desde que el gobierno de Venezuela flexibilizó los controles a la economía a fines de 2018, algunas compras de rutina se realizan con dólares en efectivo, en lugar de la moneda local, el bolívar, que ha perdido valor en el país sudamericano.
Pero una escasez crónica de denominaciones menores a 20 dólares ha obligado a comercios y empresas a idear soluciones alternativas que van desde la entrega a los clientes de vales improvisados y pagarés hasta ofertas de productos adicionales como sustitución del cambio en divisas.
Varias horas después, la tienda de frutas y verduras de García se había quedado sin billetes verdes de baja denominación. Cuando llegó otro cliente con un billete de 20 dólares, García se ríe nerviosa.
“Con cada cliente es diferente y hay que decidir cómo se resuelve la situación”, dijo García mientras llenaba una canasta con limones. “Intento guardar los billetes pequeños para el cambio, pero no hay suficientes de uno o cinco dólares”, agregó.
El presidente Nicolás Maduro, que por años aplicó fuertes regulaciones a la economía, relajó los controles luego de la caída de ingresos petroleros y las sanciones estadounidenses, y ahora abraza la dolarización de facto diciendo que “es una válvula de escape, una forma de resistencia” que ayuda a sobrellevar la crisis económica.
Sin embargo, bajo la informalidad de las transacciones en dólares, los venezolanos tienen que luchar.
Ahorrar dólares
Alrededor de unos 2,000 millones de dólares en efectivo circulan en la economía, según calcula la firma local Ecoanalítica y muchos de los billetes disponibles están en las denominaciones de 20, 50 y 100 dólares. Por las sanciones, el gobierno tiene limitado el acceso al sistema financiero global.
Esos billetes de moneda extranjera que pasan de mano entre los venezolanos llegan por varias vías como las remesas que envían millones de familiares, las colocaciones que el Banco Central realiza en la banca local de dólares en efectivo y los pagos que el gobierno hace en divisas a sus proveedores.
Las transacciones en dólares se han acelerado, en medio de una inflación anual de más de 4,000%, según las estimaciones del Congreso, y que ha deteriorado el ingreso en bolívares.
A muchos venezolanos se les paga en moneda local y, con un salario mínimo equivalente a un dólar, trabajadores formales tienen que realizar actividades adicionales como hornear pasteles o reparar autos, que a menudo se pagan en dólares.
El negocio de comprar y vender dólares también ha florecido y los billetes de baja denominación valen más. María Briceño vende cigarrillos en una calle de Maracaibo, capital del fronterizo estado Zulia, y revende a otros negocios los billetes de uno y cinco dólares que recibe por sus ventas.
“Reúno los billetes de un dólar y me voy para el mercado y por 17 billetes de uno me dan un billete de 20 dólares, me gano 3 dólares”, dijo Briceño desde su puesto en el mercado.
En Caracas, una tienda de cerámica entrega a los clientes mosaicos que tienen números equivalentes al cambio adeudado que podrán usar en compras posteriores. “La mayoría de la gente viene preparada con Zelle (plataforma de pago electrónica), porque hay poco cambio en dólares”, dijo el dueño de la tienda. “Es un desafío, pero es mejor si pagan en dólares y no en bolívares, que pierden valor”, agregó.
Si bien algunos clientes usan aplicaciones como Zelle, esos servicios requieren una cuenta bancaria en Estados Unidos, lo que ha llevado a las personas a recurrir a amigos o familiares para que les ayuden con los pagos por esa vía. Gran parte de las transacciones en divisas en el país son todavía en efectivo.
“Esta es una dolarización no planificada, el gobierno ha instaurado el uso de la divisa como medio de pago, sin mecanismos formales (…) No hay una oferta suficiente de billetes de baja denominación”, dijo el economista de la firma Ecoanalítica, Luis Arturo Bárcenas.
Los vendedores a veces pierden la venta de artículos de bajo costo si no hay cambio, mientras otros como supermercados o farmacias permiten que una parte de la compra se cancele en dólares y el resto en bolívares. “El tema del vuelto con divisas es complicado”, dijo una fuente del sector comercio.
“Trato de ahorrar mis dólares”, dijo Isabela, quien se negó a dar su apellido. “Lo peor es cuando no puedo comprar gasolina después de horas de espera porque solo aceptan dólares en efectivo y no hay cambio”, agregó. Desde junio el combustible se paga más caro en Venezuela.