Las vacunas COVID-19 desarrolladas por Pfizer/BioNTech y Moderna redujeron el riesgo de infección en 80%, dos semanas o más después de la primera de dos inyecciones, según datos de un estudio realizado en Estados Unidos y publicado este 29 de marzo.

Además, de acuerdo con la información, el riesgo de infección se redujo en 90% dos semanas después de la segunda inyección en poco menos de 4,000 miembros del personal sanitario vacunado en Estados Unidos.

El estudio de Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos evaluó la capacidad de las vacunas para proteger contra infecciones, incluidas las que no causaron síntomas.

Los ensayos clínicos anteriores de cada una de las empresas desarrolladoras evaluaron la eficacia de su vacuna para prevenir la enfermedad causada por COVID-19.

Los hallazgos del uso en el mundo real de estas vacunas de ARN mensajero (ARNm) confirman la eficacia demostrada en los grandes ensayos clínicos controlados realizados antes de recibir las autorizaciones de uso de emergencia de la Administración de Alimentos y Medicamentos de EU.

El análisis

El estudio analizó la efectividad de las vacunas de ARNm entre 3,950 participantes en seis estados durante un lapso de 13 semanas desde el 14 de diciembre de 2020 hasta el 13 de marzo de 2021.

“Las vacunas autorizadas de ARNm COVID-19 brindaron una protección temprana y sustancial en el mundo real contra la infección para el personal de atención médica, los socorristas y otros trabajadores esenciales de primera línea”

dijo Rochelle Walensky, directora de los CDC, en un comunicado.

La nueva tecnología de ARNm es una forma sintética de un mensajero químico natural que se utiliza para instruir a las células a producir proteínas que reflejan parte del nuevo coronavirus, lo que le enseña al sistema inmunológico a reconocer y atacar el virus real.

El estudio de los CDC se produce semanas después de que datos del mundo real de Israel sugirieran que la vacuna Pfizer/BioNTech era 94% efectiva para prevenir infecciones asintomáticas.

Algunos países, incluidos Gran Bretaña y Canadá, están permitiendo intervalos prolongados entre las dosis que difieren de cómo se probaron las vacunas en los ensayos clínicos para aliviar las limitaciones de suministro.

En los ensayos, hubo una brecha de tres semanas entre las inyecciones de Pfizer y cuatro semanas para la vacuna Moderna.

En Gran Bretaña, las autoridades dijeron en enero pasado que los datos respaldaban su decisión de pasar a 12 semanas entre la primera y la segunda inyección de Pfizer/BioNtech, aunque estos han advertido que no tenían pruebas para demostrarlo.

Con información de Reuters