La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) actualizó el lunes sus advertencias sobre la vacuna contra el COVID-19 de Johnson & Johnson para incluir información sobre un “aumento del riesgo” de contraer el síndrome de Guillain-Barré (GBS).

Con base en un sistema de monitoreo federal sobre la seguridad de las vacunas, la FDA identificó 100 casos del poco frecuente trastorno neurológico tras la inyección de 12.5 millones de dosis, indicaron fuentes familiarizadas con el asunto.

De ellos, 95 fueron graves y requirieron hospitalización. Hubo una muerte reportada, agregaron.

“La probabilidad de que ello ocurra es muy baja y la tasa de casos reportados supera por un pequeño margen la tasa base [de incidencia sin ninguna intervención, ndlr]” en la población general, afirmó Johnson & Johnson en un comunicado.

La noticia representa un nuevo golpe al inmunizante de J&J, que recibió autorización de uso de emergencia en febrero, pero que tiene un papel menor en la campaña de vacunación de Estados Unidos contra el COVID-19.

El GBS es un trastorno neurológico en el que el sistema inmunológico del cuerpo daña las células nerviosas, provocando debilidad muscular o, en los casos más graves, parálisis.

La nueva advertencia sobre la vacuna señala que en la mayoría de las personas, los síntomas comenzaron dentro de los 42 días de ser inoculados, en tanto afirma que “la probabilidad de que esto ocurra es muy baja”.

Casos de GBS se observaron tras la administración de ciertas vacunas, incluidas las que previenen la gripe estacional y el herpes zóster.

Hasta el momento, no se identificaron señales del trastorno neurológico tras la inoculación con las vacunas de Moderna y Pfizer-BioNTech.

La vacuna de J&J estuvo sujeta a una pausa de seguridad en abril tras identificarse un mayor riesgo de una rara forma de coagulación —principalmente en mujeres jóvenes—, pero se levantó poco después al identificarse como una posibilidad remota.