Los ministros europeos de Energía alcanzaron este viernes en Bruselas un acuerdo sobre medidas de emergencia para tratar de contener los elevados valores de las facturas de energía, ante la pronta llegada del invierno boreal.
El acuerdo incluye la reducción obligatoria del consumo de electricidad, un tope a los beneficios de los productores de energía no basados en gas y una contribución solidaria de las empresas que generan electricidad a base de combustibles fósiles.
Con ello, el objetivo es lograr una reducción del consumo de un 5% en los horarios críticos hasta marzo de 2023.
Sin embargo, los 27 países permanecieron divididos sobre una propuesta de adoptar un tope al precio del gas importado en la Unión Europea (UE), una idea que enfrenta resistencias en especial por parte de Alemania, principal economía del bloque.
Las preocupaciones por el alza en los precios de la energía se habían expresado ya a finales de 2021, pero desde el inicio de la invasión de Rusia en Ucrania, en febrero, la situación se transformó en una crisis de primera magnitud.
Tras la ofensiva rusa, la UE adoptó una serie de sanciones sin precedentes y, en represalia, Moscú redujo drásticamente su suministro de gas natural, un componente central para mantener en movimiento la industria europea.
Estamos en una guerra energética con Rusia, se acerca el invierno y tenemos que actuar ahora”
dijo al llegar a la reunión el ministro checo de Energía, Jozef Sikela, cuyo país ejerce la presidencia rotativa del Consejo Europeo.
Discusión difícil
Un grupo de 15 países, envió esta semana una carta a la Comisión Europea para defender la idea de definir y adoptar un precio máximo para el gas, como forma de contener la imparable subida de los costos.
La idea es adoptar un tope en los precios para todas las importaciones de gas al bloque, que abarca el gas por gasoducto desde Rusia, pero también los envíos de gas natural licuado desde Estados Unidos y otras fuentes.
La Comisión Europea, en cambio, parece más inclinada a limitar la medida al gas importado de Rusia.
Un informe con reflexiones de técnicos de la Comisión Europea que circuló durante la semana sugirió que un tope generalizado al precio del gas crearía otras dificultades y sugirió centrar la medida en el gas comprado a Rusia.
Varios países de la UE adoptaron medidas de protección especial a los consumidores particulares para pagar las cuentas de electricidad, aunque la medida tiene un gran costo y por lo tanto diversos países piden una definición sobre su continuidad.
Alemania, el país más afectado directamente por la ausencia de gas barato para mantener su industria, ya adelantó que liberará 200,000 millones de euros (una cifra similar en dólares) para proteger a los hogares y a las empresas alemanas de una “guerra energética”.
La Comisión Europea está tratando de aprovechar la cooperación hilvanada durante la pandemia de coronavirus para forjar un enfoque común de la UE sobre energía.
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Con información de AFP