Las repercusiones por el conflicto entre Rusia y Ucrania son latentes en las economías de ambos países, pues sus divisas han quedado a merced de eventuales sanciones contra Moscú, así como de las negociaciones de paz

La moneda rusa, que cotizaba en torno a los 90 rublos por un euro (unos 80 rublos por un dólar) antes del 24 de febrero, cuando las tropas rusas entraron en Ucrania, perdió en solo unos días casi el 40% de su valor.

Esto supone que la moneda tocó niveles nunca vistos, al rondar los 160 rublos por un euro y 150 rublos por un dólar. 

El 17 de marzo, poco más de 20 días tras la invasión a Ucrania, la divisa rusa volvía a rondar los 110 rublos por un euro (100 rublos por un dólar), al parecer, beneficiándose de los avances en las negociaciones entre las partes beligerantes.

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Moneda, en vías de estabilización

El Banco Central de Rusia, aunque ya no tenga acceso a una parte de sus reservas extranjeras, que vende ocasionalmente para apoyar el rublo frente a las sanciones occidentales, echó a andar controles de capitales que también parecen haber surtido efecto.

En los últimos diez años, el Banco Central solo ha intervenido directamente en algunas ocasiones, lo que respalda el hecho de que el tipo de cambio pueda estabilizarse al nivel del mercado, y ya se ven las primeras señales

comentó el analista Alexander Kudrin, del grupo de inversiones ruso Aton

Por su parte Janis Kluge, especialista en economía rusa en el instituto de investigación berlinés SWP, aseguró que el rublo ruso continúa fortaleciéndose tras el impacto inicial de las sanciones, lo que atribuye a la tendencia de “estrictos controles de capitales, que se suman a importantes ingresos petroleros y del gas“.

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Alerta por “mercado negro” de divisas

En Ucrania, bajo la ley marcial, el Banco Central (BNU) suspendió todas las transacciones de divisas y mantuvo fija la tasa del 24 de febrero, a unas 32 grivnas por un euro y 29 grivnas por un dólar. Además, congeló los retiros de divisas y los pagos transfronterizos.

Serguéi Marshenko, ministro ucraniano de Finanzas, se mostró confiado en que la tasa de cambio “sea preservada” y recordó que Ucrania recibe ayuda de socios internacionales como la Unión Europea, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, que aceptó asignarle 1,400 millones de dólares al país.

Sin embargo, las acciones emprendidas no están exentas de riesgos, recalcó Ousmène Mandeng, investigador invitado en la London School of Economics. 

“La suspensión de las operaciones de cambio equivale de facto a una congelación de los precios […]. Si esta continúa, puede conducir a un ‘mercado negro’ de cambios y a una práctica, de facto, de divisas múltiples”, estimó. 

El experto abogó por una “reanudación de las operaciones de cambio” para minimizar las distorsiones implícitas. 

Según Craig Erlam, analista en Oanda, “el sentimiento del mercado se ha visto reforzado porque las dos partes siguen hablando y ambas partes han mencionado progresos”. 

En ese sentido, consideró que “los peores escenarios” fueron integrados a las tasas de las divisas. 

Con información de AFP.