Las condiciones para acceder al fondo de recuperación de la Unión Europea (UE) estaban en el centro de las discusiones de los líderes europeos, quienes, en su primera cumbre en Bruselas en cinco meses, buscan cómo sobrepasar la crisis.
La base de la discusión de este viernes es el plan de la Comisión Europea, retomado por el jefe del Consejo, Charles Michel, de un inédito fondo de 750,000 millones de euros (840,000 millones de dólares), que Bruselas tomaría prestado en nombre de los 27 países.
Sin embargo, durante las primeras siete horas de negociación, los líderes de los países adeptos del rigor fiscal apodados ‘Cuatro Frugales’ (‘Frugal Four’) y, especialmente, el primer ministro holandés, Mark Rutte, dejaron claros sus reclamos, según varias fuentes.
El volumen del fondo y su distribución entre los 500,000 millones de euros de ayudas y 250,000 millones de préstamos son las críticas principales de los Cuatro Frugales: Países Bajos, Austria, Suecia y Dinamarca, que abogan especialmente por los préstamos.
Queremos un redimensionamiento, sobre todo en lo que respecta a las subvenciones y vamos por buen camino en la discusión,
aseguró el canciller austríaco, Sebastian Kurz, quien duda sobre si se llegaría a un acuerdo en esta cumbre.
Una de las posibles soluciones es reducir el monto de 500,000 millones de euros de ayudas, pero tocando a la partida de 190,000 millones destinada a programas europeos y no a los 310,000 millones del instrumento de recuperación en sí mismo, según una fuente europea.
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En cambio, el primer ministro holandés Rutte estaría solo en su exigencia de que los 27 países autoricen por unanimidad el desbloqueo de los fondos, un reclamo que en el sur despierta el fantasma de la ‘troika’ de la pasada crisis de la deuda.
España, Italia y otros países indicaron que no es aceptable y que se debe contar con un sistema ágil (para el desbloqueo de los fondos),
según fuentes de la delegación española.
Ambos países son los principales beneficiados del fondo de recuperación.
Rutte, quien no se dice contrario a la “solidaridad”, defendió que se pueda pedir a los países receptores que hagan todo lo posible para ser más resilientes ante una futura crisis, aplicando “reformas en el mercado laboral o en las pensiones”.
El holandés retoma la retórica de que los endeudados países del sur no hicieron las reformas necesarias para enfrentar una crisis, pese a que Bruselas se esforzó en subrayar que no se puede responsabilizar a ningún miembro del impacto de la pandemia.
El plan del jefe del Consejo de la UE, Charles Michel, prevé que los países que quieran la ayuda deben presentar un plan de recuperación que tenga en cuenta las recomendaciones anuales de la Comisión y la transición ecológica y digital. Los 27 deberían aprobar por mayoría el desembolso.
En el campo de las condiciones, Hungría y Polonia, en la mira por polémicas leyes sobre la justicia o las organizaciones no gubernamentales, reclaman abandonar la idea de vincular el desembolso de los fondos a la situación del Estado de derecho.
Nadie abandonó la sala
La cumbre es la primera presencial desde que el COVID-19 golpeó con fuerza Europa, donde la cifra de fallecimiento superó los 200,000 y, a nivel económico, se traducirá por una contracción del 8.3% del PIB de la UE, según la Comisión Europea.
Y, ante las bajas expectativas de éxito, la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, llamó de nuevo a ponerse de acuerdo rápidamente sobre un “paquete ambicioso porque no hay tiempo que perder”.
La buena noticia es que nadie abandonó la sala,
indicó una fuente diplomática.
Tras una serie de discusiones bilaterales entre los actores clave, los 27 mandatarios reanudaron la negociación con una cena de trabajo.
Durante la pausa, Charles Michel probó la acogida de varias modificaciones de su propuesta inicial de consenso. El jefe del Consejo podría presentar una nueva versión formal tras la cena, que se examinaría el sábado, en la segunda jornada de la cumbre.
El exprimer ministro belga se reunió con la canciller alemana, Angela Merkel; el presidente francés, Emmanuel Macron, y la titular de la Comisión, Ursula von der Leyen, así como con el holandés Rutte y su par húngaro, Viktor Orban, según su vocero.
El debate sobre el fondo se suma a las discusiones sobre el Marco Financiero Plurianual (MFP) 2021-2027, el primero presupuesto de la UE sin el Reino Unido, que se saldaron en febrero con un sonoro fracaso, en parte por los ‘Cuatro Frugales’.
Para intentar lograr su apoyo, Charles Michel propuso un presupuesto de un billón de euros, unos 20,000 millones menos que en febrero, y mantener la reducción en sus contribuciones (los llamados cheques) a los ‘Cuatro Frugales’ y a Alemania.
Según un diplomático, algunos de estos países reclamarían una mayor reducción. Pero Macron les advirtió que si se reduce el volumen del fondo de recuperación, se reducirá el de los cheques, explicó otra fuente diplomática.