Uno de los retos más grandes que enfrenta el mundo actualmente es el cambio climático. Es por ello que decenas de países e importantes economías han conjuntado esfuerzos para reducir su huella de carbono y poder contribuir con esta causa, aunque en realidad lo que se necesita es prácticamente una refundación del sistema.

Es por ello que la izquierda estadounidense presentó el Green New Deal, un programa que aspira a alcanzar, en una década, la neutralidad de emisiones de gases de efecto invernadero del país, estimulando además la economía, meta que exige innovaciones no sólo en lo tecnológico sino en lo social.

Además de compartir el nombre con el New Deal de Franklin Delano Roosevelt, de 1932, incluye además un componente de justicia social, con el ataque a la desigualdad de ingresos a través de un programa de empleo federal que garantice un “salario digno” y derecho universal a servicios de salud.

El proyecto, encabezado por la recién electa congresista por Nueva York, Alexandria Ocasio-Cortez, cuenta con el apoyo de 70 miembros de la Cámara de Representantes y 12 de senadores y fue inmediatamente atacado por republicanos siguiendo la postura del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

Antes de llegar a la Casa Blanca, Trump afirmó que el calentamiento global no existe y se trata de un invento de los chinos. Y sus declaraciones no fueron solo discurso de campaña, pues ya como mandatario, sacó a EU del Acuerdo de París sobre cambio climático aprobado por 195 países en 2015.

 

El Green New Deal propone también la creación de una red de seguridad para personas y comunidades afectadas por el cambio climático, aunque no establece de forma clara su financiación.

A pesar de la fuerza mediática que ha cobrado, analistas aseguran que Ocasio-Cortez tendrá muchas dificultades para lograr la aprobación del mismo, aunque ya cuenta con el respaldo de algunos de los aspirantes a ocupar la presidencia en 2020, como Kamala Harris, Elizabeth Warren, Cory Booker y Kirsten Gillibrand.