Al menos una docena de países, entre ellos Aruba y Tailandia, están solicitando coberturas de viaje para los visitantes, lo que abre una oportunidad de negocio para las aseguradoras.

Se estima que el mercado para todos los tipos de cobertura de viaje COVID-19 alcanzará un valor de entre 30,000 millones y 40,000 millones de dólares al año, según dijo a Reuters la consultora de seguros de viaje Robyn Ingle.

Sin embargo, un aumento en la demanda de cobertura de COVID-19 también podría generar que las aseguradoras se vean comprometidas a realizar grandes pagos en caso de que rebrotes en los contagios provoquen un gran número de cancelaciones o que los turistas se enfermen.

“Los servicios de protección y seguros de viaje están despegando al ritmo de los viajes a medida que se reanudan”, dijo a Reuters Dan Richards, director ejecutivo de la firma de gestión de crisis y riesgos de viaje Global Rescue.

Los seguros suelen cubrir tratamientos por hasta 100,000 dólares y podrían incluir costos de pruebas de coronavirus y servicios como evacuación o entierro o cremación local y costos de cancelación relacionados con el virus.

Estos suelen venderse como complementos o como pólizas separadas con cobertura por enfermedad o cuarentena. Esta compra, según las estimaciones, representan un aumento entre 4 y 8% al precio del viaje de las personas.

Algunos países han exigido un seguro de viaje para los visitantes entrantes, ya sea incluyéndose en sus tarifas de entrada o visa o solicitando un comprobante de cobertura, dijo a Reuters la aseguradora World Nomads.

Jordania es uno de los ejemplos pues está evaluando exigir una tarifa fija obligatoria para los visitantes como parte de un programa de Global Rescue y el Global Travel and Tourism Resilience Council, dijo el copresidente del consejo, Taleb Rifai. El programa, que cuesta hasta 100 dólares por persona, cubre ciertos desastres y enfermedades como COVID-19.

Aunque los viajeros con menores recursos no están conformes con el requisito.

Otra herramienta que se evalúa para lograr recuperar al sector turismo y aéreo es la solicitud de certificados de vacunación, opción que analiza la Unión Europea a finales de febrero.

La medida planea ayudar especialmente a los países del sur, que dependen en gran medida del turismo y están desesperados por rescatar la temporada de vacaciones de este verano.

Sin embargo, los viajes con certificado también plantean cuestiones jurídicas, ya que los últimos en la fila para la vacunación podrían alegar que su libertad de circulación está injustamente restringida por la larga espera.

Además, los responsables de la UE también señalan que la OMS y las agencias de la UE aún no han dado ninguna orientación sobre si las personas que han recibido dos inyecciones de la vacuna de COVID-19 pueden seguir siendo portadoras del coronavirus e infectar a otras personas, aunque ya no sean vulnerables.

Mientras que las aerolíneas también buscan implementar sus filtros. Por ejemplo, la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) está trabajando en su aplicación Travel Pass, que contendrá certificados sanitarios autentificados, incluyendo pruebas de vacunación o resultados de pruebas.

British Airways, American Airlines y otras compañías ya están probando la aplicación sanitaria móvil VeriFLY en sus vuelos,mientras que existe CommonPass, desarrollada por el Foro Económico Mundial y la Commons Project Foundation, e otra plataforma que permite a las personas documentar su estado de COVID-19.

Sin embargo hay preocupaciones por las medidas pues podrían discriminar a comunidades desprotegidas como inmigrantes o personas de países que aún no han tenido acceso a dosis, a asociaciones les preocupan el uso de datos que pueden ser usados para usurpación de identidad, la piratería informática y el fraude.

La IATA afirmó que su aplicación se basa en una tecnología descentralizada, sin base de datos, que confina la información sensible al teléfono del usuario. VeriFLY también almacena la información crítica en el dispositivo de la persona y dice que se puede purgar fácilmente después del viaje.

Con información de Reuters