El jefe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom, pidió el miércoles una moratoria de las dosis de refuerzo de la vacuna contra el COVID-19 para ponerlas a disposición de los países que solo inmunizaron a una pequeña parte de su población.  

“Necesitamos cambiar las cosas urgentemente para que la mayoría de vacunas dejen de ir a los países ricos y vayan a los países pobres”, dijo Adhanom , quien pidió el aplazamiento al menos hasta finales de septiembre.

El jefe de la agencia de la ONU denuncia desde hace meses la desigualdad que ha hecho que se haya aplicado una dosis de vacuna cada 100 personas en los países pobres hayan recibido una dosis de vacuna y casi 100 dosis en los países ricos.

Alemania e Israel anunciaron campañas para una tercera dosis destinada a las personas de mayor riesgo.

En tanto, Estados Unidos descartó la petición, al considerar que cuenta con un inventario suficiente para enviar a otros países y garantizar la inmunización total de sus habitantes a la vez.

“Definitivamente creemos que es una opción falsa y que podemos hacer ambas cosas”, dijo a medios la vocera de la Casa Blanca, Jen Psaki.

Avance desigual

En mayo Tedros había lanzado un desafío: vacunar 10% de la población en todos los países del mundo. “Para lograrlo, necesitamos la cooperación de todos, en particular del puñado de países y empresas que controlan la producción mundial de vacunas”. 

Entre otras cosas, instó a los grupos farmacéuticos a que promovieran el sistema Covax, el mecanismo internacional establecido con la intención de reducir la desigualdad en la distribución de vacunas al apoyar a 92 países pobres, pero que hasta el momento solo ha conseguido entregar una pequeña porción de lo previsto.

De los 4,000 millones de dosis que se inyectan en todo el mundo, 80% se ha destinado a países de ingresos altos y medianos, mientras que en ellos vive menos del 50% de la población mundial.