Maros Sefcovic, un alto cargo de la UE, dijo después de las conversaciones de emergencia en Londres el jueves que el Gobierno británico había dañado la confianza entre la Unión Europea y el Reino Unido por la revisión del Brexit.
Sefcovic se desplazó de forma apresurada a Reino Unido para mantener conversaciones con el ministro Michael Gove, que supervisa la estrategia de Brexit por parte británica, después de que el Gobierno británico publicara un proyecto de ley que reconoce que viola el acuerdo de divorcio entre la UE y Reino Unido.
“Al presentar este Proyecto de Ley, el Reino Unido ha dañado seriamente la confianza entre la UE y el Reino Unido. Ahora le corresponde al Gobierno británico restablecer esa confianza“, dijo en un comunicado Sefcovic, vicepresidente de Relaciones Interinstitucionales y Prospectiva en Bruselas
Las tensiones crecen en Europa ante la negativa del gobierno británico de retirar sus planes para modificar el acuerdo de Brexit, en vigor desde enero, pese a la amenaza europea de acciones legales.
Según un borrador preparado por embajadores de la UE al que tuvo acceso la AFP, la UE podría llevar al Reino Unido ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea “una vez que se adopte el proyecto de ley” o “incluso antes”.
Pero su interlocutor, el influyente ministro del Gabinete Michael Gove, no se dejó impresionar por el ultimátum y lanzó un desafío: “fui perfectamente claro sobre el hecho de que no vamos a retirar esta ley”.
Riesgo de ruptura brutal por revisión del Brexit
Este choque de trenes se produce en un momento crítico para las estancadas negociaciones del acuerdo de libre comercio que debería regir las relaciones entre Reino Unido y Bruselas a partir del 1 de enero de 2021, tras el fin del periodo de transición.
También se reunieron en Londres el jueves los negociadores británico, David Frost, y europeo, Michel Barnier, para una octava ronda de conversaciones tan infructífera como las precedentes.
“Persisten diferencias significativas”, volvió a decir Barnier a la salida, pero la UE sigue comprometida a alcanzar un trato habida cuenta de las graves “consecuencias prácticas, económicas y sociales de una ruptura sin acuerdo”, dijo, alejando, al menos de momento, la temida perspectiva de un fin de los contactos.
Para ser ratificado antes de fin de año, un eventual acuerdo, tras otra revisión del Brexit, debería cerrarse en octubre.
El Reino Unido, con una economía ya muy duramente sacudida por la pandemia de COVID-19, vive bajo el espectro de una ruptura brutal con su principal socio comercial, que el jueves volvió a hundir la cotización de la libra.
El gobierno de Boris Johnson presentó el miércoles su polémico proyecto de ley de mercado interno, que aprovecha una armonización posbrexit del comercio entre las cuatro naciones del Reino Unido para modificar la aplicación de tarifas y controles aduaneros en Irlanda del Norte previstos por el acuerdo de divorcio con la UE.
Este tratado internacional, vigente desde el 31 de enero, prevé un dispositivo por el cual esa provincia británica mantendrá las reglas del mercado común europeo para evitar reimponer una frontera con la vecina República de Irlanda.
Su objetivo es no poner en peligro la frágil paz que reina en la isla desde el Acuerdo del Viernes Santo de 1998 que puso fin a tres décadas de sangriento conflicto entre republicanos católicos y unionistas republicanos.
Las autoridades europeas, con Dublín a la cabeza, denuncian los planes de Johnson como una amenaza a esa estabilidad.
Con información de Reuters