El ministro de Justicia y Seguridad Pública de Brasil, Sergio Moro, renunció este viernes a su cargo con unas palabras firmes en contra de la decisión del presidente Jair Bolsonaro de cambiar el mando de la Policía Federal (PF).

De acuerdo con Moro, quien fue juez principal de la operación Lava Jato que exhibió varios actos de corrupción de la constructora Odebrecht, la decisión del mandatario brasileño representa una intromisión política e incumple la promesa de que tendría carta blanca.

Esta decisión se conoce después del despido del director general de la PF, Maurício Valeixo, por el presidente Jair Bolsonaro, dada a conocer más temprano de este mismo viernes.

En su discurso de despedida, Moro dijo que desde el período de Lava Jato siempre le preocupó la posibilidad de interferencia política en la PF y que estaba sorprendido por la salida de Valeixo.

El ministro Sergio Moro lamentó tener que tomar la decisión durante la pandemia de coronavirus, pero dijo que era “inevitable”.

Valeixo fue uno de los principales colaboradores de Moro durante la operación Lava Jato, la mayor investigación anticorrupción de la historia de Brasil. Bolsonaro ya había intentado sustituirlo en agosto pasado.

Según fuentes citadas por la prensa, Bolsonaro pretende nombrar al frente de la PF a un funcionario sobre el que pueda ejercer cierta influencia, en momentos en que algunas investigaciones se acercan a su círculo familiar.

“El presidente me dijo que quería colocar (en la PF) a una persona con quien tuviera contacto personal, a quien pudiese llamar, pedirle informaciones, informes de inteligencia (…) Prestar ese tipo de información no es el papel de la Policía Federal”, explicó Moro.

Moro es el segundo ministro clave que sale del gobierno brasileño en las últimas semanas.

El titular de Salud, Luiz Henrique Mandetta, cayó tras insistir en la necesidad de mantener medidas de cuarentena para enfrentar la pandemia del nuevo coronavirus, contrariando el parecer de Bolsonaro.

El papel de Moro en la política de Brasil cobró relevancia a nivel internacional a raíz de su participación en la investigación que reveló escándalos de corrupción cometidos por directivos de Odebrecht en varios países de América Latina.

Gracias a esta investigación, el expresidente Lula da Silva fue declarado culpable de corrupción y lavado de dinero por lo que pasó 19 meses en prisión.

Da Silva se entregó a la justicia en mayo de 2018 para cumplir una condena a 12 años de cárcel, tras una orden emitida por el propio Moro, en su función de ministro de Justicia.

Tras los señalamientos contra Da Silva, se realizó un juicio político a la expresidenta Dilma Rousseff que derivó en su destitución del cargo, el cual ocupó Michel Temer.

Bolsonaro, quien entonces era diputado, participó en la votación para destituir a la primera mandataria, emitiendo un mensaje en forma de homenaje al militar que torturó a la expresidenta durante la dictadura brasileña.

Con información de Reuters y AFP