La Inversión Extranjera Directa (IED) de China ha caído cerca de 90% desde que Donald Trump asumió la presidencia de Estados Unidos en enero de 2017, de acuerdo con un reporte del New York Times.
La relación comercial entre las dos principales economías del mundo se ha visto frenada desde que iniciaron su guerra comercial, debido al efecto de los aranceles impuestos mutuamente.
La IED china en Estados Unidos cayó a 5,400 millones de dólares en 2018 desde un máximo de 46,500 millones de dólares en 2016, una caída de 88%, según datos de Rhodium Group, una firma de investigación económica, cuyos datos fueron citados por el medio estadounidense.
Entre los afectados hay una gama de industrias de nueva creación en Silicon Valley, el mercado de bienes raíces de Manhattan y el sector financiero, según el diario.
El hecho de que la inversión extranjera directa haya caído tan marcadamente simboliza lo mal que se ha deteriorado la relación económica entre Estados Unidos y China,
dijo el exjefe de la división China del Fondo Monetario Internacional, Eswar Prasad,
“Estados Unidos no confía en los chinos, y China no confía en Estados Unidos”, agregó.
¿Qué hay detrás de la caída?
La desaceleración de la economía china y unos controles de capital más estrictos en el país han hecho más difícil para los inversionistas del país asiático comprar firmas estadounidenses, de acuerdo con asesores comerciales y de fusiones y adquisiciones.
Además, el Comité de Inversiones Extranjeras de Estados Unidos, que está encabezado por el Departamento del Tesoro, obtuvo poderes ampliados en 2018 que le permiten bloquear una gama más amplia de transacciones, incluidas las participaciones minoritarias y las inversiones en tecnologías sensibles como las telecomunicaciones y la informática.
A inicios de año, reguladores de Estados Unidos forzaron al grupo HNA de China a vender un edificio en Manhattan debido a la cercanía y por motivos de seguridad con la Trump Tower. La venta provocó una pérdida de 41 millones de dólares a la compañía asiática.
Durante marzo, reguladores instaron a los propietarios de la aplicación de citas Grindr que encontraran un comprador, pues temían sobre el uso de la información personal como influencia sobre funcionarios estadounidenses.
El sector inmobiliario también se ha visto afectado. Un estudio de Cushman & Wakefield observó un “frenesí de actividades de eliminación” entre los inversionistas chinos de bienes raíces comerciales en Estados Unidos.
Dentro del sector financiero, el Departamento del Tesoro investiga un fondo que Goldman Sachs comenzó con la Corporación de Inversiones de China en 2017.
El fondo (Asociación de Cooperación Industrial China-EU) se creó para invertir en empresas estadounidenses de fabricación y cuidado de la salud y luego forjar lazos comerciales en China.
Un portavoz de Goldman Sachs indicó al New York Times que el banco cumplía con todas las regulaciones gubernamentales.
A pesar de que funcionarios de ambos países reanudarán conversaciones comerciales, se prevé que el ritmo de baja inversión china en Estados Unidos continúe, detalló el medio.