Venezuela cerró 2019 con una inflación de 9,585.5%, según cifras publicadas este martes por el Banco Central (BCV).
El dato representó una desaceleración respecto a 2018 que fue de 130,060.2%, de acuerdo con las cifras oficiales.
La inflación reconocida por el BCV, supera la estimada por el Parlamento, de mayoría opositora, que divulga desde 2017 su propio índice inflacionario y la calculó en 7,374.4% para el año anterior.
Las cifras oficiales también revelan que, aún con la contracción del gasto del Gobierno y con las restricciones al crédito, la pérdida del bienestar del venezolano es dantesca: el precio de alimentos se multiplicó por 80 y los bienes del sector salud fueron 180 veces más caros!,
escribió en un tuit el economista Luis Bárcenas de la firma Ecoanalítica.
En tanto, al acortar en dos ocasiones sus previsiones para Venezuela, el Fondo Monetario Internacional (FMI) proyectó una inflación de 200,000% para 2019, año que cerró con una devaluación de 98.6% del bolívar y que dio paso a una dolarización informal.
La otrora potencia petrolera vive su peor debacle en la historia reciente y ha forzado un éxodo de alrededor 4.6 millones de venezolanos desde finales de 2015, según la Organización de las Naciones Unidas.
Maduro achaca la crisis a las sanciones de Estados Unidos que incluyen un embargo petrolero, fuente de 96% de los ingresos del país, cuya producción cayó a unos 900,000 barriles por día, frente a 3.2 millones de hace una década.
A la crisis económica se suman las recrudecidas tensiones políticas por la pugna de poder entre Maduro y el líder opositor Juan Guaidó.
En tanto, la oposición atribuye el descalabro al elevado gasto público y la corrupción en medio de la más prolongada bonanza petrolera de Venezuela (2004-2014).
En este contexto, el gobierno de Maduro analiza la privatización de Petróleos de Venezuela y para lo cual propuso conceder acciones mayoritarias de la estatal a corporaciones internacionales.
Con información de AFP y Reuters