La inflación anual de Estados Unidos cedió durante julio pasado, colocándose en 8.5%, el menor nivel registrado en los últimos tres meses, lo que abre una posibilidad de que la Reserva Federal reduzca el endurecimiento de la política monetaria.

Además, se ubicó por debajo de las expectativas del mercado, que esperaban una tasa de 8.7%, y cumplió los pronósticos de marcar una tendencia de desaceleración.

De acuerdo con el Departamento del Trabajo de la Unión Americana, el Índice de Precios al Consumidor del país vecino del norte aumentó 8.5% anual en el séptimo mes del 2022, tras incrementos de 9.1% en junio, de 8.6% en mayo y de 8.3% en abril.


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Si bien comenzó el punto de inflexión de la inflación estadounidense, sus niveles aún se mantienen elevados, por lo que la Reserva Federal (Fed) esperará varios meses para observar si continúa la tendencia de desaceleración y así, ceder al endurecimiento de la política monetaria.

Gasolina quita presión

La menor inflación anual en la Unión Americana se debe principalmente a la pérdida de ritmo en los índices de energía y subyacente, aunque el foco de atención, por su aceleración, se centra en alimentos.

El índice de precios de la energía subió 32.9% anual en julio pasado, una tasa menor a las variaciones de 41.6% en junio y de 34.6% en mayo.


Esta desaceleración derivó en gran medida de la gasolina, que a pesar de incrementar sus precios en 44.0%, fue su menor alza en los últimos tres meses; dicha dinámica responde a la baja en el precio internacional del petróleo por temores a más alzas en las tasas de interés que inhiben el crecimiento económico.

También se presentaron menores tasas de crecimiento en los precios del aceite con 75.6%, el más bajo en cuatro meses, y del servicio de gas con 30.5%, frente a 38.4% en junio. En tanto, el índice de la electricidad aumentó 15.2%, el mayor incremento desde febrero del 2006.

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Índice subyacente

La inflación subyacente, que excluye alimentos y energía, fue de 5.9%, que significó el ascenso en los últimos siete meses.


En su interior, el alza de 5.7% en vivienda representó alrededor de 40% del aumento total en el índice subyacente, el cual responde a las condiciones de mercado y contiene cotizaciones menos volátiles.

Sin embargo, resaltan los crecimientos en los precios de vehículos nuevos (10.4%), automóviles y camiones usados ​​(6.6%), seguros de vehículos (7.4%) y tarifas aéreas (27.7%).

Alimentos alcanza máximos

Mientras el índice de precios de alimentos alcanzó durante julio una variación anual de 10.9%, un máximo desde mayo de 1979.


EL gran detonador fue el índice de alimentos en el hogar, que creció 13.1% anual, cifra no vista desde marzo de 1979, destacando la tasa de 15.0% en cereales y productos de panadería.

En este índice también sobresalen las variaciones de 9.3% en frutas y verduras y de 14.9% en lácteos y productos relacionados, las cuales impactan negativamente en el bolsillo de las familias estadounidenses.

Reacción de mercados

Monex observó una fuerte reacción de los mercados debido a que, tanto la inflación general como la subyacente se ubicaron por debajo de los pronósticos.

Los mercados presentaron fuertes movimientos impulsados por la expectativa de que, ante la desaceleración de la inflación, la Reserva Federal reduzca la magnitud de las alzas de la tasa de interés objetivo en sus próximas decisiones de política monetaria

aseguró el grupo financiero.

Añadió que la caída de los precios de las materias primas de las últimas semanas está alimentando las esperanzas de que la inflación esté cerca de alcanzar un techo.

“Ante ello, los mercados de futuros se ajustaron rápidamente y en estos momentos las probabilidades implícitas descuentan (con 68% de posibilidad) que, en la reunión del 21 de septiembre, el FOMC eleve la tasa en 50 puntos base, en lugar de 75 puntos base”, concluyó Monex.