Los fabricantes de automóviles europeos deben reducir su dependencia de Asia para los semiconductores o arriesgarse a que se repita la crisis que ha provocado el cierre de fábricas en todo el continente, advirtió el director de la asociación automotriz de la región, Oliver Zipse.

De acuerdo con información del diario británico Financial Times, Volkswagen, BMW y Renault se encuentran entre las marcas que se ven obligadas a dejar sus plantas sin actividad, ya que los vehículos que fabrican utilizan semiconductores para todo, desde ventanas electrónicas hasta sistemas de asistencia al conductor.

Por su parte, las ventas de automóviles en Europa cayeron 23% el mes pasado a su nivel más bajo desde 1995, ya que los fabricantes de automóviles no pudieron satisfacer la demanda.

Oliver Zipse, presidente del grupo de presión de los fabricantes de automóviles europeos ACEA y también director ejecutivo de BMW, advirtió que la industria se enfrenta a “consecuencias graves e inmediatas” de su incapacidad para comprar las piezas necesarias para sus vehículos.

Según el medio británico, existen planes para construir más fábricas de semiconductores en Europa, especialmente en Alemania y Francia. Intel anunció que gastará 80,000 millones de euros para ampliar su capacidad de fabricación de semiconductores en Europa.

Sin embargo, estas nuevas plantas tardarán varios años en estar listas para la producción, dejando al continente expuesto dado que gran parte de la producción de semiconductores se ha trasladado a países con costos laborales más baratos.

En una carta a la Comisión Europea (CE), vista por el Financial Times, dijo que se necesita una “iniciativa europea concertada” para establecer sitios en la región que compitan con los bastiones de fabricación en Asia.

“Esta crisis sin precedentes revela cuán inesperadamente vulnerable es la cadena de suministro de semiconductores actual y cuán urgente es minimizar nuestra dependencia de los mercados extranjeros, especialmente Asia, para estos componentes vitales”, escribió la CE.

Las plantas de Taiwán, China y Japón suministran una gran cantidad de chips de la industria. Sin embargo, estos se han visto afectados por interrupciones relacionadas con el COVID-19, así como por una mayor demanda de los fabricantes de teléfonos inteligentes y tabletas, que tradicionalmente pagan más por sus chips que los fabricantes de automóviles que negocian duro. 

Incluso después de pagar más, la industria automotriz sigue sufriendo cortes en las fábricas de los proveedores y tomará al menos hasta el próximo año para compensar el déficit.

“Vivimos al día en este momento (…) Las marcas asiáticas lo están haciendo mucho mejor en este momento, porque tienen las relaciones con sus proveedores locales. Si hubiera un suministro localizado en Europa, sería de gran ayuda”, dijo un alto ejecutivo de un importante fabricante europeo“.

Lo que está en juego para los fabricantes de automóviles europeos también está aumentando a medida que aumenta la dependencia de los automóviles modernos en los chips. El número total de semiconductores necesarios en cada vehículo asciende ahora a varios cientos.

“Creo que está muy claro que dependemos demasiado de un país, y creo que la gente está dispuesta a pagar un poco más para asegurarse de que haya suficiente suministro”, dijo al FT el director general de ACEA, Eric-Mark Huitema.

La semana pasada, Renault culpó a los cierres para contener contagios de COVID-19 en Malasia por el empeoramiento de las perspectivas de los chips. Clotilde Delbos, directora financiera del fabricante de automóviles francés, advirtió que los fabricantes de automóviles no pueden desarrollar el conocimiento por sí mismos.