La Administración de Drogas y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés) y los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) recomendaron una pausa en el uso de la vacuna contra COVID-19 desarrollada por Johnson & Johnson “por precaución”, mientras investigan si produce coágulos de sangre.

Las principales autoridades sanitarias de Estados Unidos evalúan la “importancia potencial” de seis casos reportados de coágulos sanguíneos poco comunes en pacientes que recibieron la inyección, según informó en su cuenta de Twitter.

Hasta que ese proceso esté completo, recomendamos esta pausa

dijo el regulador.  

La FDA añadió que hasta el 12 de abril se habían administrado más de 6.8 millones de dosis de la vacuna de Johnson & Johnson en Estados Unidos.

Además, pidió esta interrupción para permitir a los proveedores de atención médica que obtengan “el tratamiento único requerido contra este tipo de coágulo de sangre”.

Los CDC convocarán un comité asesor el 14 de abril para revisar más a fondo estos casos y evaluar su importancia potencial. La FDA revisará ese análisis ya que también investiga estos casos.

La declaración se produjo días después de que el regulador de medicamentos de la Unión Europea dijera que también está revisando posibles casos de coágulos de sangre en personas que recibieron la inyección de Johnson & Johnson.

Sin impacto significativo en plan de vacunación

La pausa en el despliegue de la vacuna de J&J para el COVID-19 no retrasará los esfuerzos de inmunización de Estados Unidos, dijo el coordinador de respuesta COVID-19 de la Casa Blanca, Jeff Zients.

“Este anuncio no tendrá un impacto significativo en nuestro plan de vacunación”, según Zients.

Agregó que el gobierno está en camino de continuar administrando 3 millones de vacunas por día y cumplir con la meta del presidente Joe Biden de 200 millones de vacunas para su día número 100 en el cargo.

Zients dijo que la pausa se anunció “por precaución” y que Estados Unidos ha asegurado suficientes dosis de Pfizer y Moderna para 300 millones de estadounidenses.

La pausa en la administración de la vacuna de J&J no afecta las otras dos vacunas COVID-19 aprobadas en los Estados Unidos hechas por Pfizer y Moderna, pero podría afectar las percepciones del público en un momento crítico, ya que la Administración Biden se apresura a vacunar al público, incluso cuando al menos una variante se ha afianzado.

Los funcionarios de salud de Estados Unidos ya habían estado lidiando con retrasos en la producción de la vacuna de J&J luego de problemas con la planta de su socio de fabricación Emergent BioSolutions en Baltimore.

La compañía ha dicho que planea tener suficientes de las otras dos vacunas para satisfacer la demanda de Estados Unidos a fines de mayo.

Sin embargo, la versión J&J de un solo uso se consideró un aporte importante para llevar la vacuna a poblaciones más difíciles de alcanzar, ya que no requiere almacenamiento en frío ni una segunda cita.

“Esto definitivamente va a causar un efecto dominó”, dijo a CNBC en una entrevista la Dra. Kavita Patel, una médica de atención primaria que se desempeñó como directora de políticas de salud en la Casa Blanca del expresidente Barack Obama.

Además del impacto en la salud pública, el esfuerzo de vacunación también es clave para reactivar la economía de la nación.

Con información de AFP y Reuters