La Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) aprobó una autorización de emergencia para permitir transfundir plasma sanguíneo de personas curadas de COVID-19 a pacientes hospitalizados

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aplaudió este domingo la autorización, un día después de criticar a la agencia responsable de los medicamentos de frenar los esfuerzos para atender a los pacientes afectados por el coronavirus.

Criticado por su manejo de la pandemia, Trump busca relanzarse confiando en los avances terapéuticos, incluso si no se esperan tratamientos o vacunas efectivos antes de las elecciones presidenciales del 3 de noviembre. 

La transfusión de este plasma, que contiene anticuerpos, está destinada a permitir a los pacientes eliminar el virus más rápidamente y limitar el daño al organismo. 

Aunque el tratamiento ya ha producido resultados, aún se debate su eficacia exacta y si presenta riesgo de efectos secundarios y de transmisión de agentes infecciosos. 

El presidente calificó el anuncio como un “avance histórico” para el tratamiento de la covid-19, que probablemente “salvará un número considerable de vidas”. 

Pero la FDA ya autorizó la transfusión de plasma de personas recuperadas del coronavirus en determinadas condiciones, como parte de ensayos clínicos o para pacientes en circunstancias desesperadas. 

Más de 70,000 pacientes ya han recibido una transfusión de plasma extraído de personas convalecientes, según el secretario de Salud de Estados Unidos, Alex Azar. 

La autorización emitida el domingo permitirá ampliar la población de pacientes susceptibles de recibir una transfusión. 

Azar dijo que los primeros resultados mostraron una tasa de supervivencia un 35% más alta para los pacientes de covid-19 que recibieron una transfusión sobre los que no la recibieron. 

No obstante, en su anuncio del domingo, la FDA recordó que por el momento no había pruebas formales de que el uso de plasma fuera efectivo. 

La evidencia es contradictoria: un estudio chino mostró que el plasma de personas que se recuperaron del coronavirus no logró marcar una diferencia en los pacientes hospitalizados, mientras que otro análisis conjunto mostró que puede reducir el riesgo de muerte.

“El plasma de personas convalecientes probablemente funcione, aunque debería ser confirmado por ensayos clínicos, pero no como tratamiento de emergencia para pacientes gravemente enfermos”, advirtió Len Horovitz, interno de respiración en el Hospital Lenox Hill, en Nueva York. 

Según él, sería más efectivo si se administrara ante los primeros signos de la enfermedad, lo que ahora será posible tras la autorización publicada el domingo. 

Trump pidió a las personas recuperadas del coronavirus que donen su plasma a través de una plataforma nacional en línea. 

El tratamiento con plasma ya ha sido autorizado en Francia, Austria, Suiza, Cuba y China.
Una empresa polaca de biotecnología, Biomed Lublin, anunció esta semana el lanzamiento de la primera fase de producción de un medicamento contra la COVID-19 en base a plasma de menores que ya superaron la enfermedad.

OMS pide cautela

La Organización Mundial de la Salud se mostró cautelosa este lunes respecto a la aprobación del uso de plasma de pacientes recuperados de COVID-19 para tratar a personas enfermas.

El organismo dijo que la evidencia sobre la efectividad del tratamiento sigue siendo de “baja calidad”, incluso cuando Estados Unidos emitió una autorización de emergencia para este tipo de terapias.

“Hay una serie de ensayos clínicos en todo el mundo que analizan el plasma convaleciente en comparación con el estándar”, dijo Soumya Swaminathan, científico jefe de la OMS. “Solo algunos de estos han informado resultados provisionales (…) y por el momento, todavía hay evidencia de muy baja calidad”..

“Recomendamos que el plasma de convalecencia sea todavía una terapia experimental; debe continuar evaluándose en ensayos clínicos aleatorios bien diseñados”, dijo Swaminathan en una conferencia de prensa.

Bruce Aylward, alto asesor de la Organización Mundial de la Salud, agregó que más allá de la eficacia del plasma, también existen riesgos potenciales de seguridad que deben ser examinados.

“Hay una serie de efectos secundarios”, dijo Aylward, que van desde fiebre leve hasta lesiones pulmonares graves o sobrecarga circulatoria. “Por esa razón, los resultados de los ensayos clínicos son extremadamente importantes”.

Con información de AFP y Reuters