Ecuador se enfrentó este mes a una de las protestas más trascendentales en su historia reciente. El motivo, tal como pasó el año pasado con los chalecos amarillos de Francia, fue el alza en los precios de los combustibles provocada por políticas públicas.
Hay que pensar dos veces antes de jugar con fuego, porque parece que la moraleja es que los combustibles también resultan flamables en términos sociales y políticos(…) En algunos países es un tema moral y en otros es un tema de desigualdad económica y social donde hay que enfrentar la permanencia de los combustibles fósiles contra el impacto real al bolsillo de la clase trabajadora
Roberto Hernández, internacionalista, UNAM
Las movilizaciones ecuatorianas comenzaron a principios de este mes, cuando la introducción de un paquete de austeridad provocó que choferes de transporte público y privado bloquearan distintas vías dentro y fuera de Quito. Grupos de indígenas, de estudiantes y de oposición al gobierno se unieron a las protestas y dañaron edificios públicos en el centro de la ciudad, además de incendiar vehículos policiales y militares. El Gobierno declaró un estado de emergencia y movió la capital a la ciudad de Guayaquil.
Las protestas también provocaron el cierre de tres bloques petroleros por motivos de seguridad. Según Bloomberg, Petroamazonas calculó pérdidas por 165,000 barriles diarios: casi una cuarta parte de la producción nacional.
La propuesta de eliminar los subsidios ecuatorianos surgió debido a una petición del Fondo Monetario Internacional, que consideró que la medida que costaba a Ecuador 1,400 millones de dólares al año (alrededor del 5% del presupuesto) era un impedimento para que el presidente Lenin Moreno mejorara las finanzas públicas.
No se trata de la única petición de este tipo por parte del FMI. En abril, el organismo internacional instó a Nigeria a eliminar sus subsidios a combustibles, argumentando que “eliminar paulatinamente los subsidios mientras se refuerzan las redes de seguridad para mitigar el impacto en los más vulnerables podría ayudar a reducir la desigualdad y liberar espacio fiscal para el país”.
Según la Agencia Internacional de Energía, en 2018 Nigeria gastó 2,500 millones de dólares en subsidios a petróleo y gasolina. Esto representa alrededor del 8.7% del presupuesto del país africano para 2020.
Los miembros del G20 ya habían prometido “racionar y eliminar paulatinamente, en el mediano plazo, los ineficientes subsidios a los combustibles fósiles que promueven el consumo excesivo”, durante una cumbre en septiembre de 2009.
En 2017, Arabia Saudita estableció un programa para eliminar los subsidios en su totalidad para 2020, con el objetivo de eficientar su uso energético. Sin embargo, en el presupuesto de 2018 la fecha límite fue modificada a 2025, con lo que el gobierno saudí espera eliminar el déficit presupuestario en 2023, en vez de la meta original de 2020.
En 2018, Arabia Saudita gastó 44,800 millones de dólares en subsidios a electricidad, gas natural, petróleo y gasolina, esto representa alrededor del 15.18% del presupuesto árabe para 2019 y es el segundo mayor gasto por concepto de subsidios a nivel mundial.
Esta semana, el gobierno ecuatoriano decidió dar marcha atrás al paquete de austeridad que causó las protestas, sin embargo, Hernández advirtió que el debilitamiento de Moreno y la historia política de Ecuador podrían ser suficientes para provocar elecciones anticipadas o incluso la renuncia del actual mandatario. Estas consecuencias podrían ser también una advertencia para otros países que intenten implementar políticas similares.
Cuando un país encuentra recursos la tentación es dejar de cobrar impuestos y subsidiar todo para hacer el poder más unipersonal. Se empiezan a consolidar dictaduras políticas, por así llamarlas. Si tienes un país con desigualdades y que no sabe pagar impuestos te vas a encontrar siempre con que una eliminación de tajo va a ser impopular(…) En México la paulatinidad y los programas de subsidios focalizados ayudaron a controlar este descontento
Paul Sánchez, director, Ombudsman Energía México
México todavía gastó 13,500 millones de dólares en 2018 por concepto de subsidios a la electricidad. De acuerdo con el Fondo Monetario internacional, los subsidios mundiales a combustibles fósiles ascendían a 5.2 billones de dólares en 2015, es decir, 6.4% del PIB mundial.