En medio de la guerra comercial con Estados Unidos y la caída del consumo interno, la economía china registró en 2019 su resultado más débil en 29 años, con un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de 6.1%.
Se trata del resultado más bajo de la segunda economía mundial desde 1990, según datos divulgados por la Oficina Nacional de Estadísticas este viernes, aunque se ubicó dentro del rango de entre 6 y 6.5% fijado por el gobierno chino.
En 2018, la economía del gigante asiático se expandió 6.6%.
Tras perder fuerza en el primer semestre de 2019, el crecimiento se estabilizó en 6.0% en los últimos tres meses de 2019, el mismo ritmo que en el tercer trimestre, indican los datos oficiales.
Según Ning Jizhe, representante de la institución, la economía del país mantuvo un crecimiento sostenido en 2019.
Sin embargo, deberíamos saber que la economía mundial y el crecimiento del comercio se están ralentizando,
advirtió en una conferencia de prensa.
La aparición de múltiples focos de inestabilidad y riesgo hacen que la economía se enfrente a una “creciente desaceleración”, agregó.
El dato se conoce tras la firma de la “fase uno” del acuerdo comercial entre el presidente Donald Trump, y el viceprimer ministro chino, Liu He, el miércoles en Washington.
El acuerdo incluye el compromiso de China de aumentar la compra de bienes y servicios estadounidenses valorados en 200,000 dólares en dos años.
A cambio, Estados Unidos se comprometió a reducir a la mitad algunos de los aranceles impuestos a China, aunque los gravámenes se mantienen en dos tercios o más de productos valuados en 500,000 millones procedentes del país asiático.
Debilidad al interior
El Banco Mundial indicó en un informe que el debilitamiento de las exportaciones en China ha agravado el impacto de la caída de la demanda interna.
La incertidumbre de las políticas y el aumento de los aranceles para las exportaciones a Estados Unidos también repercuten en la actividad manufacturera y en la percepción de los inversionistas, agregó.
Los últimos datos sobre el crecimiento de la producción industrial china muestran un crecimiento de 5.7% durante 2019, frente al 6.2% de un año antes.
En tanto, las ventas al por menor crecieron 8%, por debajo del 9% de 2018.
Los analistas señalan que la ralentización económica de la segunda potencia es estructural al convertirse en una economía más desarrollada que enfrenta desafíos demográficos como la reducción del número de personas en edad de trabajar.
Louis Kuijs, jefe de la sección de Asia en Oxford Economics, dijo que la ralentización es parte de una “nueva normalidad”.
También considera poco probable un cambio en la política económica dada la mejora de las previsiones externas tras la “fase uno” del acuerdo económico con EU y otras señales de estabilización.
Ante esto, Pekín prefiere llevar a cabo una política de estabilización a una de fomento del crecimiento, señaló Kuijis.
Con información de AFP