El presidente Donald Trump volvió esta tarde al Despacho Oval con un peso menos, pues aunque mantiene varios frentes judiciales abiertos, se ha disipado la amenaza del informe del fiscal especial Robert Mueller y ahora puede enfocarse en impulsar su reelección en 2020.

Trump, quien volvió a Washington el domingo tras pasar el fin de semana en Florida jugando golf, no habló por la mañana y se guardó como si quisiera saborear mejor su victoria.

Se limitó a dar un retuit a su mensaje de la víspera, cuando se conocieron las conclusiones del esperado informe: “No (hubo) colusión, ni obstrucción, Exoneración total”.

Recién pasado el mediodía, habló del tema desde el Despacho Oval en la rueda de prensa con su “amigo” Benjamin Netanyahu, el primer ministro de Israel, para decir que Mueller actuó de forma honorable.

Trump dijo también que está a favor de la publicación de la integridad del informe.

“No me molestaría para nada”, comentó el mandatario, para seguidamente calificar la investigación en sí como una “narrativa falsa, una cosa terrible”.

Más temprano, la portavoz de Trump, Sarah Sanders, había hablado en su lugar: “creo que este es un día que Estados Unidos ha esperado desde hace mucho tiempo. Hoy es un gran día para Estados Unidos”.

Sanders se dio un espacio para hablar con cada cadena de televisión, divulgando su mensaje en tono distendido, muy sonriente, consciente de que por ahora la amenaza de un procedimiento de destitución queda descartada.

Como si fuera un acto simbólico, el jueves Trump volverá a los mítines de campaña en Grand Rapids, Michigan, que fue uno de los bastiones electorales claves que le permitieron su victoria sobre Hillary Clinton en noviembre de 2016.

Ahora sus adversarios demócratas están confrontados a un dilema: o dan vuelta la página de la investigación de Mueller o comienzan a desarrollar un programa para “poner fin al Trumpismo”, en palabras del candidato a las primarias Pete Buttigieg. ¿Deberían seguir insistiendo, de forma cotidiana, sobre las numerosas sombras que rodean a su presidencia?

Sanders recordó que el fiscal especial exoneró a Trump y su entorno de las acusaciones de colusión con Rusia en la presidencial de 2016 y afirmó que el presidente no tiene “ningún problema” con la publicación íntegra del informe.

El jefe del Departamento de Justicia, Bill Barr, publicó el domingo un resumen de cuatro páginas del informe, pero desde el Capitolio, los líderes demócratas exigieron conocer el texto íntegro, destacando que Barr, al haber sido nombrado por Trump, “no es un observador neutral”.

¿Usar el perdón presidencial?

Los demócratas insisten en el hecho de que hay una cuestión que potencialmente no quedó resuelta, pues Mueller no aportó una conclusión definitiva.

“Este informe no concluye que el presidente haya cometido un crimen, pero tampoco lo exonera”, dijo el fiscal especial y exjefe del FBI.

Pero Barr, el primer destinatario del informe, concluyó que el documento, el cual releyó entre el viernes y el domingo, no mencionaba ningún delito susceptible de acarrear procesos en los tribunales por obstrucción a la justicia de Trump.

“La carta del secretario de Justicia, Barr, plantea tantas preguntas como (las que) responde”, escribieron la presidenta demócrata de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi y el líder de la minoría en el Senado, Chuck Schumer. “Es urgente que el informe completo y los documentos asociados se hagan públicos”, agregaron.

Al día siguiente de la publicación del informe, el Kremlin volvió a refutar cualquier injerencia en las elecciones de 2016 en Estados Unidos.

Con su recién ganada mayoría en la Cámara de Representantes, los demócratas han lanzado varias investigaciones que abordan desde las sospechas de colusión con Moscú, los pagos a las supuestas amantes hasta las sospechas de malversación dentro del funcionamiento del imperio de Trump.

Mueller puso fin a su investigación tras llevar a cabo una instrucción que duró 675 días y que tuvo al país conteniendo el aliento.

La acusación de “colusión” no fue utilizada ni una vez en contra de las 34 personas involucradas en este proceso, entre las cuales había seis colaboradores cercanos a Trump.

Esta investigación, le significó una espectacular caída en desgracia al exjefe de campaña de Trump, Paul Manafort y a su exabogado personal Michael Cohen, condenados a penas de cárcel por malversaciones y declaraciones falsas.

Una pregunta que quedó en el aire es si el presidente piensa utilizar el perdón presidencial para algunos de sus excolaboradores.