En los albores de su tercer año al frente de la principal potencia mundial, Donald Trump se queda cada vez más solo.
Uno por uno, en silencio o con mayor estridencia, los pesos pesados, las personalidades fuertes, los secretarios o asesores que templaron un poco al impetuoso mandatario se retiraron, algunos dando las gracias y otros, un portazo.
A fuerza de enojos y de decisiones tomadas sin consulta, en una Casa Blanca donde reina el caos, el magnate inmobiliario se aisló, provocando una creciente preocupación entre los aliados de Estados Unidos.
Jim Mattis, secretario de Defensa, es la baja más reciente. Junto a H.R. McMaster y John Kelly, era uno de los tres oficiales de alto rango a quienes Trump -quien llegó al poder sin ninguna experiencia militar, política o diplomática- elogió por sus méritos y sabiduría.
Para Mattis, un exgeneral de la Infantería de Marina, a menudo considerado “el adulto en la sala”, según una expresión estadounidense muy repetida, el repentino anuncio de la retirada de las tropas estadounidenses de Siria parece haber sido demasiado.
El tono de su carta de renuncia es cortés, pero el mensaje es claro e inmediatamente resuena más allá de las fronteras de Estados Unidos.
Quien fue “una isla de estabilidad en medio del caos de la administración Trump”, en palabras del senador demócrata Mark Warner, lo dice sin rodeos: está profundamente preocupado por la falta de respeto del inquilino de la Casa Blanca a los aliados de Estados Unidos.
Desde mediados de este año, Warner expresó su rechazo a las políticas implementadas por Trump ante China y Rusia, declarando que el presidente de Rusia, Vladimir Putin tomaría ventaja del mandatario si éste seguía culpando a los demócratas de intervenir en las elecciones de 2016.
“Jim Mattis claramente determinó que ya no podía hacer lo suficiente para justificar la parte restante de una administración con la que no estaba de acuerdo”, dijo Richard Haass, presidente del Consejo de Relaciones Exteriores (CFR).
Antes que él, Rex Tillerson, exjefe de ExxonMobil nombrado a la cabeza de la diplomacia en Estados Unidos antes de ser despedido sin consideración, también había expresado sus dudas y preocupaciones.
Permaneció en un silencio resonante durante varios meses después de su partida. Recientemente presentó, en unas pocas oraciones cinceladas, su visión del presidente para quien trabajó poco más de un año.
¿Donald Trump? Un hombre “más bien indisciplinado, a quien no le gusta leer, a quien no le gusta entrar en detalles, sino que dice ‘eso es lo que creo'”, dijo Tillerson.
Hasta ahora, Trump enfrenta una búsqueda desafiante por encontrar a un sucesor para John Kelly. La primera selección de Trump, el jefe de personal de Mike Pence, Nick Ayers, rechazó el trabajo.
Entre los candidatos que ahora suenan está el actual director de presupuesto de la Casa Blanca, Mick Mulvaney y el actual Representante de Comercio de Estados Unidos, Robert Lighthizer; quienes no se han pronunciado al respecto.
‘Día triste para Estados Unidos‘
Frente a esta avalancha de despidos y salidas, parte de la base electoral trumpista aplaude, diciendo que el 45º Presidente de Estados Unidos estuvo demasiado restringido por mucho tiempo.
Sin embargo, esta es una característica común en la mayoría de las decisiones del multimillonario: su disposición a hablar, a cualquier precio, en cualquier circunstancia, para su base electoral, en nombre del respeto de las promesas de campaña consideradas sagradas.
“La retirada de Siria no fue una sorpresa, he estado haciendo campaña sobre este tema durante años”, escribió Trump en Twitter para justificar su decisión sobre Siria, la cual provocó conmoción entre muchos aliados de la coalición contra el Estado Islámico.
Pero muchos observadores señalan el riesgo de un presidente rodeado sólo por consejeros condescendientes.
En la primavera fue Gary Cohn, exbanquero de Goldman Sachs con un fuerte temperamento, quien dejó la Casa Blanca para ser reemplazado por Larry Kudlow, columnista económico de televisión y quien dio apoyo inicial a Donald Trump.
Durante una escena sorprendente en la Casa Blanca hace unas semanas, Kudlow, quien ahora dirige el prestigioso Consejo Económico Nacional (NEC), se convirtió en un animador singular.
Sentado entre el presidente y su hija y consejera Ivanka, elogió a la persona que lo nominó.
Insistiendo en la “extraordinaria carrera” del exempresario, le preguntó acerca de lo que él llamó “la economía de Trump”: “Hiciste que tus críticos mintieran, derrotaste a tus críticos, pero ¿cómo lo hiciste?”.
Cuando esta mañana se le preguntó en Fox News sobre las reacciones casi unánimes a la renuncia de Jim Mattis (entre lamentos y preocupaciones sobre el futuro), Sarah Sanders, portavoz de la Casa Blanca, dijo que Donald Trump desempeñó su papel.
“El presidente escucha a todo su equipo de seguridad nacional, que es un grupo grande. Él toma su consejo. Y al final del día, él toma la decisión. Para eso fue elegido”, agregó.
Sigue siendo una cuestión crucial: ¿Quiénes son ahora en Washington los que formarán el “consejo que el presidente necesita escuchar”, en palabras del senador republicano Ben Sasse, quien vio la partida de Jim Mattis como un “día triste para Estados Unidos”.
Con información de AFP y Reuters