El presidente chino, Xi Jinping, advirtió el lunes del peligro de una “nueva Guerra Fría” y abogó por el multilateralismo en la inauguración del Foro Económico Mundial, que este año abandonó la nieve de Davos en Suiza y se celebra en formato videoconferencia.
Sin nombrar a Estados Unidos, Xi se erigió en defensor del multilateralismo y de la globalización, como ya había hecho en el mismo foro hace cuatro años, justo antes de que Donald Trump llegara al poder.
Su recién posesionado sucesor, el demócrata Joe Biden, no participa en esta reunión anual de la élite política y económica mundial, que suele celebrarse en la estación de esquí suiza de Davos.
Crear clanes o iniciar una nueva Guerra Fría, rechazar, amenazar o intimidar a los otros sólo llevará al mundo a la división
alertó Xi Jinping.
Y esto cuando se espera que la administración Biden dé un giro a su política frente al ascenso político y tecnológico de China.
Donald Trump había optado por la confrontación abierta y los ataques verbales, sin resultados tangibles, al menos en lo que afecta al enorme déficit comercial de Estados Unidos con China.
El primer día en Davos
En la edición de 2020 del Foro Económico Mundial (WEF), la aparición en China de una misteriosa neumonía solo fue un vago motivo de preocupación. Un año después, el continente asiático estará muy presente en la 51ª edición.
Más tarde, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, debatirá con el ministro de Economía francés, Bruno Le Maire, su homólogo alemán, Peter Altmaier, y el consejero delegado de Goldman Sachs sobre cómo “restaurar el crecimiento económico”.
El crecimiento, junto a la pandemia, es la cuestión central que abordarán funcionarios, empresarios y científicos que participan esta semana en las numerosas mesas redondas virtuales.
El optimismo que reinaba en noviembre, cuando las vacunas se convirtieron en realidad, ha desaparecido por las nuevas restricciones, la propagación de variantes de coronavirus y los retrasos en la entrega del medicamento.
Europa contará con la participación del presidente francés Emmanuel Macron, la canciller alemana Angela Merkel y la presidenta de la Comisión Europea Ursula von der Leyen, en un momento en que la Unión Europea ha sentado las bases de un acuerdo de inversión muy controvertido con China.
Uno de los retos de la nueva presidencia de Estados Unidos, que se enfrenta a una epidemia galopante que le obligó a cerrar sus fronteras el lunes, será aceptar un mundo cuyo centro de gravedad se está desplazando hacia Asia.
Más allá de los símbolos, varios datos económicos confirman el ascenso de Asia y, en especial, de China, la única gran economía que ha logrado crecer en 2020 (2.3%).
Un informe de la ONU indica que en 2020 China se ha convertido en el primer destino mundial de la inversión extranjera directa, superando a Estados Unidos.
Otra cuestión importante que se debatirá esta semana es la desigualdad, que amenaza la cohesión de las sociedades, pese a que Davos simboliza, para sus críticos, el poderoso dinero y las derivas del liberalismo a ultranza.
El lunes, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) reveló que la pandemia ha provocado la pérdida del equivalente a 255 millones de empleos en 2020, cuatro veces más que durante la crisis financiera de 2009.
En su informe anual publicado este lunes, Oxfam pide por otra parte que se grave a los más ricos para luchar contra “el virus de la desigualdades” y calculó que los multimillonarios vieron aumentar sus fortunas en 3.9 billones de dólares entre el 18 de marzo y el 31 de diciembre de 2020.