El Banco Mundial aprobó por unanimidad a David Malpass, el principal diplomático del Departamento del Tesoro, como próximo presidente de la entidad, continuando la tradición de 73 años de un estadounidense liderando la entidad.

Malpass, subsecretario del Tesoo para asuntos internacionales que asesoró la campaña electoral del presidente Donald Trump, era el único candidato para el puesto.

Comenzará a desarrollar su nuevo cargo la próxima semana, durante las Reuniones de Primavera del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, detalló un portavoz del banco.

A inicios de febrero el mandatario estadounidense nominó a Malpass para liderar el Banco Mundial al afirmar que “ha luchado para garantizar que el financiamiento se concentre en los lugares y proyectos que realmente necesitan asistencia, incluidas las personas que viven en la pobreza extrema”.

La designación de Malpass, un leal a Trump, implica que un escéptico de las instituciones multilaterales lidere el Banco Mundial, institución que destinó casi 64,000 millones de dólares a los países en desarrollo en el año que finalizó el 30 de junio de 2018.

Malpass reemplazará en el cargo al médico Jim Yong Kim, quien renunció a su puesto como presidente del Banco Mundial el 7 de enero de 2019, casi tres años antes de que terminara su periodo, para trabajar en una firma privada de inversión en infraestructura.

Quiere que China ‘se gradúe’

Esta decisión indica que la administración de Trump quiere un control más firme de la institución.

Malpass representa una elección notablemente hostil para dirigir la institución”, opinó Scott Morris, del think-tank Center for Global Development, citado por el Financial Times.

“Sus posturas están fundalmente desalineadas con las de los otros accionistas del banco”.

En 2017, Malpass criticó que el Banco Mundial, al Fondo Monetario Internacional y otras instituciones multilaterales habían “ido demasiado lejos, hasta el punto en que estaban afectando el crecimiento de Estados Unidos y del mundo”.

Durante los últimos dos años, Malpass también ha presionado para que el Banco Mundial suspenda los préstamos a China, que según él es demasiado rico para esa ayuda, especialmente cuando Beijing ha sometido a algunos países en desarrollo como Sri Lanka y Pakistán a aplastantes cargas de deuda con su Programa de desarrollo de infraestructura de Belt and Road.

China es el tercer mayor accionista del Banco Mundial después de Japón, con aproximadamente 4.5% del poder de voto.

El año pasado, Malpass ayudó a negociar un paquete de reformas de préstamos del Banco Mundial vinculadas a un aumento de capital de 13,000 millones de dólares que tenía como objetivo limitar los préstamos del banco y concentrar los recursos en los países más pobres.

Las reformas buscan que los países de ingresos medios “se gradúen” y pasen al mercado de los préstamos del sector privado, en vez de obtener recursos de organismos multilaterales. También quiere limitar el crecimiento salarial del personal del Banco Mundial.

Malpass, de 62 años, fue un asesor económico de Trump durante su campaña electoral de 2016. Se desempeñó como economista en jefe del banco de inversión Bear Stearns antes de su colapso en 2008 y trabajó en los departamentos del Tesoro y del Estado bajo el mandato de los presidentes Ronald Reagan y George H.W. Bush.

Con información de Reuters