El Congreso de Estados Unidos acordó este viernes prolongar por dos días las negociaciones sobre el presupuesto de 2021 y evitar así una parálisis de la administración federal e intentar, sobre todo, obtener un plan de apoyo a la economía.

Pese a la amenaza de que se produzca un cierre del gobierno a la medianoche y la expiración, el 26 de diciembre, de las ayudas a los hogares, demócratas y republicanos no consiguieron concluir con éxito esta semana sus negociaciones sobre un nuevo paquete de ayudas crucial para las familias y empresas estadounidenses, duramente golpeados por la crisis provocada por la pandemia de covid-19.

Paralelamente, tampoco llegaron a un consenso sobre la nueva ley de finanzas.

Así, la Cámara de Representantes y el Senado acordaron aprobar una resolución para ampliar esta ley de finanzas. Falta que Donald Trump la firme antes de la medianoche para evitar el llamado “shutdown” o cierre del gobierno federal.

La semana pasada, el Congreso ya se dio una semana de respiro para adoptar el presupuesto de 2021 y evitar un cierre.

Las cuentas actuales debían haber llegado a término el 11 de diciembre, mientras que la primera prórroga expira el viernes a medianoche.

El agotamiento de este nuevo plazo llega en momentos en que demócratas y republicanos trabajan desde hace dos semanas para sellar un acuerdo sobre un plan de ayuda de urgencia de unos 900,000 millones de dólares.

Sin un consenso, después de Navidad millones de desempleados perderán las ayudas extraordinarias que formaban parte de un plan multimillonario aprobado desde la primavera boreal.

“Los dirigentes trabajan las 24 horas”, aseguró esta mañana el jefe de la mayoría republicana del Senado, Mitch McConnell, diciendo sentirse más optimista que la víspera sobre la posibilidad de sortear los últimos obstáculos.

Un acuerdo está “muy próximo”, añadió, haciendo referencia a discusiones “productivas”.

“Como dije, el Senado estará aquí hasta que se encuentre un acuerdo, cuando eso sea posible”, explicó McConnell, dejando entender que las negociaciones podrían continuar a lo largo de todo el fin de semana.

Pero, si el Senado no aprueba la prórroga de la ley de finanzas, las discusiones quedarán estancadas.

El gigante norteamericano necesita desesperadamente un nuevo plan de ayudas frente a la nueva ola de casos de COVID-19 que ha ralentizado su recuperación económica.

Obstáculos

Numerosos dirigentes locales, incluyendo los más reticentes a las medidas de confinamiento, tomaron la decisión de volver a cerrar una parte de la actividad económica, especialmente bares y restaurantes, haciendo aumentar las solicitudes de subsidios de desempleo en las últimas dos semanas.

Desde que fue elegido, Joe Biden no deja de instar al Congreso a votar “inmediatamente” un nuevo plan de ayuda.

Este debería incluir medidas para la distribución y logística de las vacunas contra el coronavirus, prestaciones por desempleo suplementarias de 300 dólares por semana y, sobre todo, cheques directos para las familias de 600 dólares, lo que supone la mitad de la cantidad otorgada en marzo.

En aquel momento, la votación de urgencia de la ley “Cares Act” de más de 2.2 billones de dólares, complementada en abril por una ampliación de casi 500,000 millones destinados a las empresas, permitieron a la primera economía del mundo limitar el alcance de la recesión y evitar que millones de personas cayeran en la pobreza.

Los economistas presionan desde hace meses para votar nuevas medidas, pero por ahora demócratas y republicanos no han conseguido superar sus desacuerdos en aspectos como la cantidad de la ayuda que debe destinarse a los hogares.