El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien ha criticado por años a los inmigrantes que se encuentran de manera ilegal en el país, los emplea en su club de golf, Bedminster, en Nueva Jersey, de acuerdo con el New York Times.

El diario publicó los testimonios de dos mujeres -ambas indocumentadas- que aseguran haber trabajado durante años en Bedminster en labores de limpieza: Sandra Díaz, de origen costarricense, y Victorina Morales, de Guatemala.

Ambas mujeres se acercaron al New York Times mediante el abogado en asuntos migratorios que las representa. Morales dice saber las consecuencias que le puede traer haber divulgado esta información y por lo tanto considera presentar una demanda por abuso laboral y discriminación.

 Estamos cansadas del abuso, los insultos, la forma en la que habla sobre nosotros cuando él sabe que estamos aquí ayudándole a hacer dinero  dijo Victorina Morales.

Al relatar su experiencia trabajando directamente para él, mencionan desde recibir propinas de 100 dólares por hacer un ‘buen trabajo’ hasta arranques de ira del ahora presidente por no limpiar bien el maquillaje naranja de los cuellos de sus camisas.

Si bien no hay documentos que evidencien que Trump o su organización supiera el estatus de estas personas, Díaz asegura haber atestiguado la contratación de más personas indocumentadas y dijo que por lo menos dos supervisores del club estaban al tanto de ello.

Cuando el hotel de Trump en Washington abrió sus puertas -durante su campaña del 2016-, el ahora mandatario presumió haber hecho uso de la plataforma E-Verify para asegurarse de que solo se contratara a las personas con papeles en regla. “No tenemos ni un inmigrante ilegal en la empresa”, dijo Trump.

Morales, de 45 años, aún labora en el club de golf e incluso es llevada -junto con otro grupo de trabajadores- diariamente por un empleado ya que saben que ellos no pueden obtener licencias de conducir.

Estas mujeres llegaron a tener acceso a la vida privada del presidente de manera cercana, limpiando la villa mientras él veía televisión. Morales estaba trabajando en la misma habitación cuando el ahora jefe de la Casa Blanca, John Kelly, fue a conversar con Trump y también presenció las entrevistas de otros personajes que luego se convertirían en miembros del gabinete.

“Nunca imaginé, como una inmigrante de la zona rural de Guatemala, que vería a personas tan importantes tan cerca”, dijo Morales al NYT.

 

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Al respecto, la Organización Trump declaró que tiene políticas muy estrictas de contratación y que despedirá de inmediato a todos los que obtuvieron el puesto con documentación falsa.

Sin embargo, los documentos falsos entregados por Morales fueron sometidos a búsqueda por el NYT en los sistemas estadounidenses y de inmediato el registro fue nulo.