Estados Unidos cumplió este martes un mes del cierre parcial de su gobierno por la falta de un acuerdo presupuestario en el Congreso, con mínimas esperanzas de salir de una crisis que pesa en la economía de la mayor potencia mundial.
Desde el 22 de diciembre, buena parte de la administración federal está bloqueada por la pelea entre los demócratas del Congreso y la Casa Blanca sobre el financiamiento del muro en la frontera con México que el presidente Donald Trump está empecinado en construir.
El mandatario republicano se niega a firmar cualquier ley presupuestaria que omita los 5,700 millones de dólares que exige para ese muro contra la inmigración ilegal, una de sus principales promesas en la campaña que lo llevó a la Casa Blanca. Los demócratas se oponen al financiamiento de esa obra al considerarla “inmoral”, costosa e ineficaz.
Trump ofreció el pasado sábado extender la permanencia de un millón de ‘dreamers’ -inmigrantes que llegaron desde niños a EU y están en peligro a ser expulsados-. Aunque fue rechazada por la oposición e incluso por algunos republicanos, esa propuesta podría servir de base para nuevas negociaciones.
Aunque el ‘shutdown’ afecta directamente sólo a 0.5% de la fuerza laboral estadounidense, indirectamente influye en la confianza de los consumidores, de acuerdo con una encuesta de la Universidad de Michigan. También daña a la economía y el crecimiento del PIB de Estados Unidos en momentos de desaceleración para la economía mundial, señalan expertos.
Desafíos financieros
Alrededor de 800,000 empleados federales están en desempleo forzoso o trabajan sin cobrar. En áreas sensibles como seguridad interior, transportes o asuntos exteriores, los efectivos fueron reducidos al mínimo.
Los parques nacionales del país dejaron de ser vigilados, numerosos museos están cerrados y el funcionamiento de los aeropuertos está afectado.
Los guardacostas “navegan por el mundo para proteger los intereses nacionales estadounidenses mientras sus seres queridos deben enfrentar desafíos financieros y la ausencia de salarios en casa”, dijo ayer el almirante Karl Schultz, jefe de ese cuerpo militar.
Los funcionarios que laboran sin paga deberían ser remunerados retroactivamente después de que el gobierno vuelva a funcionar totalmente, pero más de un millón de empleados de servicios privatizados o de firmas subcontratistas de establecimientos públicos no cobrarán sus sueldos en este periodo.
“Pronto perderé el auto porque ya estoy muy atrasada en los pagos; mi seguro de salud, mi servicio de asistencia para el automóvil y mi permiso de conducir”, dijo Yvette Hicks, una madre soltera con dos hijos que trabaja para la institución cultural Smithsonian de Washington.
Se han puesto en marcha iniciativas para ayudar a quienes están más apremiados como el pago de noches de hotel, de comidas gratuitas y colectas de fondos.
Precio político
Este ‘shutdown’, el más largo de la historia estadounidense, está cobrando también un precio político. Una encuesta mostró que la mayoría de los estadounidenses culpa de la crisis a los republicanos y a la Casa Blanca.
Frente al riesgo de procesos judiciales, Trump evitó utilizar una ley de urgencia que le permitiría eludir al Congreso para llevar adelante el muro.
Con información de AFP