La Comisión Europea impuso una multa de 570 millones de euros al sistema de pago Mastercard por impedir a los comerciantes beneficiarse de ventajas de bancos de otros países europeos, incumpliendo así las reglas de competencia.

“Las normas impuestas por Mastercard han aumentado artificialmente los costos de los pagos con tarjeta, en detrimento de los consumidores y comerciantes de la Unión Europea”, explicó este martes en un comunicado la comisaria europea de Competencia, Margrethe Vestager.

La investigación abierta por la Comisión en abril de 2013 se centró en las “tasas de intercambio”, un monto que el banco del comerciante paga al banco de su cliente cuando este último efectúa una operación con su tarjeta de débito o crédito.

Antes del 9 de diciembre de 2015, cuando entró en vigor un reglamento europeo que limitaba los montos de estas tasas de intercambio, las comisiones podían variar considerablemente entre los países de la UE.

Mastercard obligaba a los bancos a aplicar las tasas del país donde se encontraba el comerciante, lo que “impedía beneficiarse a los minoristas de comisiones más bajas y restringía la competencia transfronteriza entre bancos”, según Bruselas.

“Debido a las normas de Mastercard sobre las adquisiciones transfronterizas, los minoristas pagaban más por los servicios bancarios (…) que si hubieran tenido la libertad de elegir servicios más baratos”, detalló la Comisión.

Esto implicaba precios más altos para los comerciantes y los consumidores, lo que supone una violación de las reglas europeas, precisa el comunicado.

Mastercard, el segundo sistema de pago con tarjeta más importante del Espacio Económico Europeo, se benefició de una reducción del 10% de la multa por cooperar con el ejecutivo comunitario en la investigación.

En un comunicado, la empresa estadounidense consideró “coherente” la multa impuesta y recordó que la práctica en cuestión cubre “un periodo de tiempo limitado de menos de 2 años”, ya que modificó sus reglas de cara a la entrada del reglamento europeo de 2015.

Las autoridades antimonopolio europeas han estado ocupadas, pues también deben decidir si permitirán la fusión de los negocios ferroviarios de Alstom y Siemens, que quieren hacer frente al avance de China.

Con información de AFP