Pekín reveló este martes su ley de seguridad nacional para Hong Kong, la cual castiga los crímenes de secesión, subversión, terrorismo y colusión con fuerzas extranjeras hasta con cadena perpetua.
El parlamento chino aprobó la legislación hecha a la medida el mismo día; ahora el gobierno de Xi Jinping tiene amplios poderes para su implementación.
Analistas auguran que en Hong Kong se prepara el terreno para los cambios más radicales en décadas al modo de vida del centro financiero mundial.
Pekín guardó todos los detalles de la ley en secreto hasta hoy, sin dejar tiempo a los 7.5 millones de habitantes de Hong Kong para que digirieran la compleja legislación antes de su entrada en vigor a las 11:00 de la noche.
El momento se considera una afrenta simbólica para Gran Bretaña, justo una hora antes del 23º aniversario de la devolución de Hong Kong al dominio chino por parte del último gobernador colonial, Chris Patten, un acérrimo crítico de la ley.
En medio de los temores a que la ley aplaste las libertades de la ciudad, el activista Joshua Wong Demosisto y otros grupos prodemocracia dijeron que se disolverían.
“Marca el fin de la Hong Kong que el mundo conocía antes”, dijo Wong en Twitter.
La legislación eleva la tensión entre China y Estados Unidos, Gran Bretaña y otros gobiernos occidentales, que han acusado la erosión de alto grado a la autonomía concedida a la ciudad en su entrega, el 1 de julio de 1997.
Estados Unidos condenó la legislación como una violación de los compromisos internacionales de Pekín y prometió actuar “contra quienes asfixiaron la libertad y la autonomía de Hong Kong”.
Washington, ya en disputa con China por el comercio, el Mar de la China Meridional y el coronavirus, comenzó el lunes a eliminar el estatus especial de Hong Kong bajo la ley estadounidense, lo que detuvo las exportaciones de defensa y restringiendo el acceso a la tecnología.