La Unión Europea, Estados Unidos, Reino Unido y Canadá sancionaron este lunes a funcionarios chinos por la represión de la minoría uigur, un gesto que provocó una reacción inmediata de Pekín, que sancionó a su vez a legisladores y académicos europeos.
Activistas y expertos en derechos de la ONU dicen que al menos un millón de musulmanes están detenidos en campos de Xinjiang. Los activistas y algunos políticos occidentales acusan a China de usar torturas, trabajos forzados y esterilizaciones.
China niega los abusos de derechos en Xinjiang y dice que sus campamentos ofrecen formación profesional y son necesarios para luchar contra el extremismo.
La UE inició en la mañana esta oleada de medidas restrictivas coordinadas, que aumentan la presión sobre Pekín, con la publicación en su Diario Oficial de los nombres de cuatro funcionarios de la región autónoma china de Sinkiang, a los que sancionó.
Las sanciones adoptadas por los cancilleres de los 27 países europeos, reunidos en Bruselas, son las primeras que el bloque adopta contra funcionarios de China desde la sangrienta represión en la Plaza Tiananmen, en 1989, aunque Bruselas ya había apuntado a dos piratas informáticos y una empresa de tecnología en 2020 como parte de sanciones cibernéticas más amplias.
De inmediato, el gobierno chino publicó una lista de 10 ciudadanos europeos, que incluye a parlamentarios, y a cuatro entidades objeto de sanciones, en represalia por la “grosera interferencia” en los asuntos internos de la UE, según la cancillería china.
Los gobiernos de Estados Unidos, Canadá y el Reino Unido anunciaron horas después medidas similares a las europeas por la represión de esta minoría musulmana.
Airada reacción
“Este gesto, basado en nada más que mentiras y desinformación, descarta y distorsiona hechos” además de afectar la relación entre la UE y China, apuntó la cancillería.
El jefe de la diplomacia de la UE, el español Josep Borrell, dijo que las medidas de reciprocidad anunciadas por China eran “inaceptables” y reiteró la determinación del bloque en la defensa de los derechos humanos.
“En vez de cambiar sus políticas y atender a nuestras legítimas preocupaciones, China una vez más ha mirado hacia otro lado”, opinó.
La UE sancionó al exsecretario del Comité de Asuntos Políticos y Legales de Sinkiang, Zhu Hailun, además de otros tres funcionarios de esa misma región autónoma.
Bruselas también incluyó en la lista de sanciones al Cuerpo de Producción y Construcción de Sinkiang, considerado un grupo paramilitar en la región uigur.
En contrapartida, la lista de sancionados por China incluye a cinco eurodiputados -el francés Raphael Glucksmann, los alemanes Reinhard Butikofer y Michael Gahler, el búlgaro Ilhan Kyuchyuk y la eslovaca Miriam Lexmann- además del académico alemán Adrian Zenz, entre otros.
El gobierno holandés convocó al embajador chino en Holanda por las sanciones chinas contra su diputado Sjoerd Sjoerdsma, ya que la decisión china “es una respuesta totalmente injustificada”, según el primer ministro Mark Rutte.
Francia, por su parte, consideró también “inaceptables” las sanciones de Pekín, así como las declaraciones de la embajada de China hacia un investigador y legisladores franceses. París anunció que convocará al embajador para comunicárselo.
Acción coordinada
Estados Unidos anunció sanciones contra dos de los funcionarios que también fueron incluidos en la lista de la UE.
El gobierno británico anunció sanciones a cuatro funcionarios del Partido Comunista Chino en la región de Sinkiang y la Oficina de Seguridad Pública.
El canciller británico, Dominic Raab, aseguró que China es culpable de esterilizaciones forzadas de mujeres uigures, vigilancia generalizada de la minoría musulmana y de “la mayor detención masiva de un grupo étnico o religioso desde la Segunda Guerra Mundial”.
Canadá sancionó a cuatro funcionarios y una entidad “por su participación en claras y sistemáticas violaciones” de derechos en Sinkiang.
Si bien son principalmente simbólicas, las sanciones de la UE marcan un endurecimiento en la política hacia China, que Bruselas consideraba un socio comercial benigno, pero que ahora ve como un abusador sistemático de los derechos y libertades fundamentales.
Para la UE, la súbita escalada de tensiones ocurre en un momento delicado, ya que ambas partes alcanzaron recientemente un acuerdo sobre protección de inversiones que fue trabajosamente negociado durante siete años.
Ese acuerdo aún debería ser ratificado por el Parlamento Europeo, pero con la inclusión de cinco eurodiputados en la lista de sanciones de China, la suerte del tratado es una incógnita.
Otras sanciones anunciadas este lunes por la UE también incluyen al general Min Aung Hlaing, jefe de la junta militar en Birmania, “por sabotear la democracia y el Estado de derecho” en este país asiático.
También fueron sancionados dos funcionarios de la región rusa de Chechenia.
Los cancilleres europeos también discutieron el estado de las relaciones con Turquía, un tema que será debatido también esta semana por los mandatarios del bloque en una cumbre a distancia.
Con información de AFP y Reuters