El Banco Central Europeo (BCE) aseguró que hará todo lo necesario para ayudar a la eurozona a salir de la crisis, pese al ultimátum que le ha impuesto la justicia alemana por su programa de compra masiva de deuda soberana.

Tras una reunión con carácter de urgencia, la dirección del BCE tomó nota del fallo del Tribunal Constitucional alemán, que ha sido muy crítico con la política de apoyo a la economía del instituto monetario de Frankfurt.

Por ello, el BCE buscará hacer lo necesario dentro de sus atribuciones para garantizar la estabilidad de precios en la zona euro y la buena transmisión de sus decisiones monetarias al resto de la economía.

Ante la intención de llevar a cabo estas medidas, el BCE prevé continuar, como viene haciendo desde 2015, con sus programas de compra de miles de millones de euros de deuda pública para apoyar la endeble economía de la zona euro.

Guerra de jueces

En la disputa que libran los magistrados alemanes y europeos sobre los límites del poder del BCE, este último se posicionó claramente en el bando de los segundos.

En ese sentido recordó que el Tribunal de Justicia europeo validó en diciembre 2018 sus intervenciones en el mercado de la deuda para apoyar la economía.

En el fallo de este martes 5 de mayo, el Tribunal Constitucional alemán instó al BCE a justificar en un plazo de tres meses la conformidad de sus masivas compras de deuda, fragilizando su apoyo a la economía en plena pandemia de coronavirus.

La institución tendrá que demostrar para agosto próximo de manera comprensible y detallada que los beneficios para la economía del programa de compra de deuda soberana son superiores a los inconvenientes.

De hecho, hasta que el consejo de gobernadores del BCE demuestre la proporcionalidad de su programa, el banco central alemán, Bundesbank, no podrá participar en la compra de deuda de la institución europea para aliviar la economía.

Este fallo, que suena a desafío para las instituciones europeas, tiene en el punto de mira el programa anticrisis que realiza el BCE desde 2015, y coincide con su refuerzo para hacer frente a las consecuencias de la crisis sanitaria actual.

Su alcance político podría ser de peso al respaldar las posiciones de los europeos escépticos con la política de “dinero fácil” desplegada por el BCE.

Por su parte la canciller alemana, Angela Merkel, consideró en una reunión a puerta cerrada con diputados, que los jueces marcaron al BCE los límites de lo que puede hacer, de acuerdo con fuentes anónimas.

El Banco Central Europeo lleva años abogando por una política de expansión cuantitativa como una solución contra la crisis, un instrumento muy criticado en Alemania, donde los detractores ven en él un financiamiento ilegal del tren de vida de los Estados.

En tanto, para los magistrados alemanes, el BCE se aventura en un terreno de política económica fuera de su estricta competencia monetaria que consiste en garantizar el nivel de inflación.

La inyección masiva de liquidez a la economía, especialmente polémica en Alemania afecta, según el tribunal, a prácticamente todos los ciudadanos en su condición de accionistas, propietarios, ahorradores o titulares de pólizas de seguros, provocando pérdidas considerables en los ahorros privados, según el Tribunal.

Con información de AFP.