El Banco Central Europeo (BCE) decidió mantener su política monetaria sin cambios y descartó inyectar más estímulos a la economía de la zona euro, a pesar de que un nuevo aumento de las infecciones por COVID-19 ha provocado crecientes restricciones a la actividad en algunas de las mayores economías del bloque.

El BCE mantuvo su tasa de depósito en menos 0.5% y mantuvo su plan de compra de bonos de emergencia en 135,000 millones de euros en su último anuncio de política monetaria.

Respecto a su decisión de no mover su política monetaria, el banco consideró que los riesgos estaban ‘claramente inclinados a la baja’, por lo que prometió llevar a cabo una revaluación exhaustiva de las perspectivas económicas y el equilibrio de los riesgos.

Asimismo, se comprometió a recalibrar sus instrumentos, según proceda, para responder en su próxima reunión de diciembre sobre todo el entorno y su desarrollo actual.

Si bien es probable que inyecte más dinero barato en la economía a finales de este año, el banco central se asegurará antes de que las condiciones de financiamiento sigan siendo favorables para apoyar la recuperación económica y contrarrestar el impacto negativo de la pandemia ante la inflación prevista.

En ese sentido, el BCE adelantó que evaluaría cuidadosamente la información recibida, incluida la dinámica de la pandemia, las perspectivas de despliegue de las vacunas y la evolución del tipo de cambio, al fin de identificar los principales factores que podrían influir en su decisión de seguir flexibilizando la política monetaria.

La decisión del BCE llega un día antes de que las nuevas cifras confirmen que la eurozona se hundió en su tercer mes consecutivo de deflación en octubre.

Los datos de precios previstos para el viernes irán acompañados de las cifras del Producto Interno Bruto (PIB), los cuales se espera que revelen un crecimiento récord de cerca del 10% entre el segundo y el tercer trimestre, al tiempo que la región se recupera de una profunda recesión en la primera mitad de este año.

Sin embargo, las perspectivas de la economía de la zona euro se han ‘nublado’ en los últimos días, ya que países como Francia y Alemania reportaron una cifra récord de infecciones diarias de coronavirus y anunciaron nuevas restricciones a la interacción y los movimientos sociales, incluyendo toques de queda y cierres de bares, restaurantes, instalaciones de ocio y tiendas no esenciales.

Ante este nuevo escenario, los economistas esperan que arrastren a la economía a una nueva contracción que pondría freno al repunte de la producción que se produjo en el tercer trimestre.