En el marco del Día Internacional de la Felicidad, fue publicado el Reporte de Felicidad Mundial (WHR, por sus siglas en inglés) que en esta edición revisó el impacto de la pandemia en los niveles de felicidad de las personas.
Uno de los resultados principales es que los países que en otros años han sido los más felices, como Finlandia, mantuvieron sus posiciones durante el 2020. Así la lista de los más felices se compone por Finlandia, seguida de Dinamarca, Suiza, Islandia y Holanda.
México se ubicó en el lugar 46, debajo de Chile y Brasil, los países latinoamericanos mejor ubicados en el listado.
Los últimos lugares los ocupan Camboya, India, Jordania, Tanzania y Zimbabue.
Sin embargo, a nivel global, aumentó en 10% la cantidad de personas que se sintieron tristes o preocupadas.
Otro de los hallazgos fue la importancia de la confianza, especialmente ante la implementación de estrategias para reducir contagios y la tasa de mortalidad, pues en los países donde hay más confianza en las instituciones públicas, se benefician de mejores resultados en la lucha contra la pandemia.
Los factores que respaldan las estrategias COVID-19 exitosas incluyen confianza en las instituciones públicas. Las instituciones públicas de confianza tenían más probabilidades de elegir la estrategia correcta y de que sus poblaciones apoyaran las acciones necesarias. Por ejemplo, la tasa de mortalidad de Brasil fue de 93 por 100,000 (habitantes), más alta que en Singapur, y de esta diferencia, más de un tercio podría explicarse por la diferencia en la confianza pública. La desigualdad de ingresos, que actúa en parte como un sustituto de la confianza social, explica el 20% de la diferencia en las tasas de mortalidad entre Dinamarca y México
,
indica el informe.
También explicaron que el aumento en el número diario de nuevos casos confirmados estaba asociado con un nivel más bajo de felicidad expresada.
Por otro lado, el informe señala a la salud mental como una “de las víctimas de la pandemia” y de los bloqueos derivados.
“Cuando se produjo la pandemia, se produjo una disminución importante e inmediata de la salud mental en muchos países de todo el mundo. Las estimaciones varían según la medida utilizada y el país en cuestión, pero los resultados son notablemente similares. En el Reino Unido, en mayo de 2020, una medida general de salud mental fue 7.7% más baja de lo previsto en ausencia de la pandemia, y el número de problemas de salud mental informados fue un 47% más alto”, indican.
El impacto a la salud mental fue mayor en grupos que ya presentaban mayor incidencia previamente, como mujeres, jóvenes y personas en vulnerabilidad económica, a lo que se suma que por la pandemia algunos servicios de salud se interrumpieron, lo que puede derivar en un efecto negativo que perdure en los próximos años.
El desempleo es otro factor adverso: durante la pandemia se asocia con una disminución del 12% en la satisfacción con la vida.
Los países que han incorporado políticas más sustanciales para proteger el empleo experimentaron disminuciones menos graves en nivel de bienestar.