Donald Trump anunció este lunes que inició el proceso necesario para retirar a Estados Unidos del Acuerdo de París. El movimiento inicia un periodo de un año que podría dejar al acuerdo medioambiental más importante de la actualidad sin la participación del segundo país más contaminante del mundo.

Hoy comenzamos el proceso formal para retirarnos del Acuerdo de París. Los Estados Unidos orgulloso de nuestro historial como líder mundial en reducción de emisiones, fomento de la resiliencia, crecimiento de nuestra economía y garantía de energía. Nuestro modelo es realista y pragmático

Mike Pompeo, Secretario de Estado, Estados Unidos

Desde que tomó posesión, Trump advirtió que abandonaría el acuerdo tan pronto como fuera posible.

Esta postura es congruente con las críticas que el entonces empresario expresó en contra de Barack Obama en 2016, tras la firma del acuerdo, al insinuar que países como China no cumplirían con sus compromisos y que esto afectaría la competitividad estadounidense.

Obama fue uno de los defensores más férreos del acuerdo, y expertos como Andrew Light, del World Resources Institute, han insinuado que su involucramiento en las negociaciones llevó a que varios de los países firmantes aceptaran metas más agresivas de disminución de emisiones.

“La mayoría de los planes climáticos de los países son totalmente inadecuados, según expertos:
– Estados Unidos y Brazil difícilmente conseguirán sus metas de Paris.
– Arabia Saudita no tiene una meta de recorte de emisiones.
– Rusia no tiene ninguna meta.
– 75% de las metas nacionales son insuficientes”

Estados Unidos es responsable por el 17.89% de las emisiones a nivel mundial, de acuerdo con las Naciones Unidas.

Pese a que existen diez países que no han ratificado el acuerdo, de concretar su salida, Estados Unidos se convertiría en el único país miembro de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático que ni siquiera es firmante.

Los más recientes estudios científicos muestran poco avance en la reducción de emisiones a nivel mundial, por lo que António Guterres, secretario general de las Naciones Unidas, se encuentra en medio de una campaña que busca que los gobiernos mundiales disminuyan aún más sus metas de emisiones.

Sin embargo, la salida de Estados Unidos y la falta de un liderazgo claro al interior de la ONU podrían llevar incluso a que algunos países decidan modificar o ignorar los compromisos ya adquiridos.

[La conferencia del próximo año en] Glasgow es la fecha límite para que los países presenten sus metas revisadas, por supuesto más estrictas. París se firmó en 2016 y tiene un periodo de cumplimiento que corre del 2020 al 2030, pero se acordó que al momento del arranque formal ya se tendrían que ver avances. Ahora los estudios muestran que aún cumpliendo París podríamos tener hasta 3 grados de calentamiento, lo cual simplemente no es suficiente

Adrián Fernández Bremauntz, Director Ejecutivo, Iniciativa Climática de México

La salida de Estados Unidos todavía no es definitiva: ningún país puede abandonar el acuerdo hasta el 4 de noviembre de 2020, un día después de las elecciones estadounidenses donde Trump buscará la reelección.

Todos los precandidatos del partido demócrata han declarado que, en caso de resultar ganadores, buscarán volver a ingresar a Estados Unidos al acuerdo.

Una encuesta realizada por el Washington Post reveló que sólo el 38% de los estadounidenses considera que el cambio climático “es una crisis”, mientras que el 66% está en desacuerdo con los cambios a las políticas de eficiencia energética. Un porcentaje similar opinó que el gobierno de Trump no está haciendo lo suficiente para atacar el problema.

La siguiente conferencia de cambio climático organizada por la ONU, conocida como COP25, se llevará a cabo del 2 al 13 de diciembre, y seguramente la decisión de Estados Unidos será uno de los temas centrales de discusión.

El evento estaba planeado para realizarse originalmente en Chile, pero las manifestaciones públicas han provocado su reubicación a Madrid.