Octubre de 2008, inicio de la crisis económica. Suena el teléfono del secretario del Tesoro, Hank Paulson, del otro lado de la línea está Warren Buffett.

“Hank, es Warren”, dijo Buffett, y la respuesta de Hank fue: “Mi mamá tiene un empleado llamado Warren, ¿por qué me llama?, recordó el exfuncionario en ‘Panic: The Untold Story of the 2008 Financial Crisis’ un documental publicado en 2018. 

El 11 de octubre de 2008, Buffett llamó a Paulson con una idea de estímulo cuando estalló la crisis financiera. Como resultado, incluso el expresidente George W. Bush reconoció que el inversionista “probablemente salvó (a Estados Unidos de) una depresión”, según Business Insider. 

Buffett quería hablar sobre el Programa de Alivio de Activos en Problemas (TARP), en el que el Tesoro podía comprar 700,000 dólares en activos, en medio de los problemas de liquidez de los bancos. 

Dicho programa fue aprobado por los legisladores en un esfuerzo desesperado por apuntalar el sistema financiero después del colapso de Wachovia y Washington Mutual, dos de las mayores quiebras bancarias en la historia de Estados Unidos, recuerda el medio especializado.

Una vez que a Paulson se le fue el sueño, Buffett le sugirió que el gobierno invirtiera directamente en los bancos, en lugar de solo comprar sus activos. 

Expuso la idea que fue el origen de lo que hicimos

dijo Paulson en el documental.

Días después, el entonces secretario del Tesoro de EU se reunió con los representantes de los bancos más grandes del país. Los empujó a que aceptaran la inversión del gobierno y les advirtió con retener la ayuda futura si se negaban a avalar la propuesta. 

Finalmente, el Tesoro invirtió en más de 700 instituciones financieras como parte del Programa de Compra de Capital. A cambio, recibió acciones preferentes pagando un dividendo saludable o títulos de deuda.

También obtuvo garantías que le permitían comprar las acciones de las empresas a un precio fijo en el futuro.

Esta inyección de capital limitó las pérdidas potenciales de las instituciones; devolvió la liquidez al mercado de dinero, abriendo el flujo de crédito para empresas y personas, y alimentó la confianza de los inversionistas en la estabilidad del sistema financiero.

Esa estrategia, además de compartirla con el gobierno, es la que aplicó Buffett en el rescate de Goldman Sachs cuando el inversionista inyectó 5,000 millones de dólares a cambio de acciones preferentes pagando un dividendo anual del 10%.