El colectivo #MenstruaciónDignaMéxico elaboró una iniciativa de Ley que busca implementar una tasa de 0% de IVA a productos de gestión menstrual.

La iniciativa fue llevada al pleno de la Cámara de Diputados por la legisladora Martha Tagle y, aunque inicialmente fue aprobada, en la votación final fue rechazada.

Durante la madrugada del miércoles, la reforma estaba aprobada en reserva, sin embargo más tarde fracciones de Morena, y del Partido Encuentro Social llevaron la propuesta a que se votara en lo particular, lo que facilitó su rechazo.

Los argumentos se fundaron en la recaudación fiscal, pues según datos de la Secretaría de Hacienda, dejaría de percibir 3,800 millones de pesos.

“Desafortunadamente, las (diputadas) que no conocen de temas fiscales convencieron a varias mujeres y hombres de que con este tema íbamos a beneficiar a las empresas. Incluso una diputada del PT llegó a decirlo en el pleno, que quienes estábamos impulsando la iniciativa de menstruación digna estábamos financiados por las empresas que producen dichos insumos”, dijo Tagle en entrevista con Infobae.

Añadió que el monto que se dejaría de recaudar, que representa 0.06% del presupuesto, no impacta las finanzas del país, pero que sí beneficiaría la economía de las mujeres.

La iniciativa argumenta que la tasa vigente de 16% a los productos de gestión menstrual como toallas, tampones, pantiprotectores o copas menstruales “transgrede los derechos humanos de las mujeres a la no discriminación, el mínimo vital, la salud, trabajo, educación, vida digna e igualdad; y, por lo tanto, su tratamiento fiscal debería equipararse al de otro tipo de bienes que son reconocidos como productos de primera necesidad”.

Tagle destacó que de rechazarse también en el Senado, el tema podría llevarse a la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

El pago por estos productos, considerando que una mujer necesita 360 toallas o tampones al año, asciende a 720 anuales, lo que equivale al “ 5% del total de gastos de un hogar del 10% más pobre en México”.

Además representa una carga diferenciada entre hombres y mujeres en un país donde además persisten brechas como las horas de trabajo no remunerado, mayor presencia en la informalidad, y salarios menores por las mismas actividades.